Victoria Nauda, exasesora de Podemos: "El machismo más letal lo he sufrido de mujeres como Gloria Elizo"
La abogada denuncia el excesivo personalismo de Iglesias, las reticencias de cargos a donar parte del sueldo comprometido o los motivos de su despido tras sufrir un aborto
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Victoria Nauda llegó a Podemos con la esperanza de ”asaltar los cielos” que se cernían sobre España tras la crisis del 2008. Pero los caminos que siguió el partido, distintos a los principios que habían inspirado su fundación tras el 15M, condujeron a su desencanto. “¿Qué hemos hecho?” (Planeta) es el relato de esta exmilitante de Podemos tras su paso por la Comisión de Garantías, el órgano de transparencia, democracia y participación ciudadana del partido, y después de haber ejercido como asesora jurídica de la formación en el Consell de Mallorca, la institución de autogobierno de la isla.
Pregunta (P): “¡Oh capitán, mi capitán...! ¿Qué hemos hecho?” Así comienza su libro en una especie de carta que dirige a Pablo Iglesias. ¿Qué ha pasado en Podemos para que de su núcleo de fundadores tras la primera asamblea de Vistalegre, allá por 2014, solo quede Pablo Iglesias?
Respuesta (R): Creo que es una persona un poco ególatra. Lo que ha hecho es que el núcleo más cercano en la fundación del partido se fuera perdiendo por una cuestión de disidencias. En Podemos había tres familias, estaba Pablo Iglesias, la corriente de Íñigo Errejón y los anticapitalistas. Actualmente únicamente han quedado las personas más afines al proyecto. Del Podemos de los inicios a lo que se ha convertido hoy ha habido un desgaste no solamente a nivel del núcleo, también del tejido social. Es un partido personalista que olvidó el sentido de transversalidad que propugnaba y se convirtió en un partido estrictamente vertical. Más estricto y más vertical que los partidos tradicionales.
P: En el libro cuenta que desde el nacimiento de Podemos en Baleares los “gerontes” ponen y quitan candidatos. De hecho, los señala por crear una Comisión de Garantías a su antojo, el órgano que sobre el papel vela por la transparencia, democracia y participación ciudadana. ¿Ha existido en algún momento la democracia interna en Podemos o se ha tratado de clientelismo?
R: Manipulación en Podemos hubo por parte de estas tres personas -los gerontes de Baleares- no solamente en la Comisión de Garantías, sino en todo el proyecto. Esta libertad que había al principio para conformar el partido y que uno creía que era todo muy transparente, en realidad con el tiempo nos fuimos dando cuenta que no era así. Para tapar esta situación de manejo en un principio lo que hicieron fue permitir que se generaran otras listas, permitir realmente una participación, pero en realidad siempre había una lista oficialista, que es la que controlaban ellos, y siempre han sido las listas oficialistas las que han ganado las primarias dentro de Podemos. Por otro lado, la Comisión de Garantías fue hecha a imagen y semejanza de ellos, que en mi caso tendría que haber sido yo la presidenta de la Comisión de Garantías por haber salido primera en votos, pero ellos deciden que no y se pone Pascual Ribot como presidente.
P: Conociendo esta forma de operar, ¿le sorprende que Iglesias someta sus actuaciones más polémicas a la militancia? Me refiero, por ejemplo, a la consulta para que decidiera si él y Montero debían dimitir tras la compra del chalé de Galapagar, o recientemente, para que lo ratificaran como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
R: Eso es maquillar un poco una realidad al fin y al cabo, es decir, él primero propone, deja bien claro cuál es la postura que se tiene que adoptar y posteriormente se hace una pregunta a la militancia y vota. En Baleares hemos tenido necesidad de hacer una consulta de este tipo para poder tomar una decisión política escuchando a las bases y dijeron que no había dinero. A medida de que se ha ido desmembrando Podemos, dicen que Pablo Iglesias sale elegido o la militancia lo apoya con un 95% de los votos, pero nunca dicen qué cantidad de gente ha votado. Si se pudiese hacer un análisis de la gente que votaba en 2015 y ahora, el resultado sería lamentable.
P: Según relata, con la entrada de Podemos en las instituciones de Baleares, uno de los conflictos en los que tuvo que mediar se debió a la negativa de algunos cargos electos a reducir su sueldo a un máximo de tres salarios mínimos, uno de los compromisos del partido.
R: Hay una reticencia a hacer esa aportación cuando previamente se firma un documento en el cual se comprometían por el Código Ético a donar al partido el remanente. Además de contradictorio, no es ético. Eso provoca que se vulnere uno de los principios en los que se sustenta Podemos. Se planteaba que la política no era para enriquecerse y que no podía existir una brecha salarial tan alta de los que ejercían un cargo público y lo que cobraba una persona que se dedicase a otra cosa. Sí que se distancian desde la política los principios de Podemos. Lo han hecho los cargos electos en muchos casos y lo ha hecho el propio Pablo Iglesias al no manejar una coherencia de discurso entre lo que decía y pretendía y lo que termina haciendo.
P: En el libro responsabiliza a Gloria Elizo, la actual vicepresidenta tercera del Congreso, de acabar con su carrera política después de que otra compañera difundiera el rumor de que usted mantenía una relación con el marido de Elizo, Fernández Alarcón. Sin embargo, él se encuentra actualmente en Bruselas como coordinador de la delegación de Podemos en el Parlamento Europeo.
R: Esto es otra contradicción un poco más seria, en primer lugar porque las conductas machistas se entiende que vienen dadas por hombres, pero a mí me han venido las más letales desde el punto de vista político por mujeres. Dentro del discurso de Podemos de defender a las mujeres, la señora Elizo no lo respeta. Hizo todo lo posible para que yo muriese políticamente basándose en comentarios de una persona que se los dijo a ella directamente y que eran totalmente falsos. No midió no solo el daño que podía causarme a mí, sino que no tuvo en cuenta mis circunstancias personales de estar casada y tener hijos.
P: También afirma que debido a esto soportó comentarios machistas por parte de algunos compañeros, especialmente de la entonces abogada de Podemos Aina Díaz, y que cuando se lo comunicó a la directora de Igualdad, Nina Parrón, la ignoró.
R: Esto lo denuncio porque es una forma de dar visibilidad al nivel de protección que teníamos las mujeres dentro del partido, donde una persona que tiene el cargo que tiene a nivel insular e interno del partido, no hizo absolutamente nada. No lo hizo conmigo, que me llegó a cuestionar que como era abogada si no lo grababa o no tenía una prueba contundente no servía de nada, y también este tipo de comportamientos que denuncio en el libro los han sufrido otras compañeras y en ningún caso hubo una intervención por parte del partido para evitarlo. Hay personas que han quedado muy tocadas psicológicamente y emocionalmente por este tipo de comportamientos.
P: Podemos ha defendido que el embarazo no puede penalizar el progreso profesional de las mujeres. Sin embargo, a usted la despidieron cuando estaba embarazada. De hecho, la votación para despedirla se llevó a cabo mientras le estaban practicando un legrado debido a la pérdida de su bebé.
R: Eso también está dentro de la falta de empatía, de sensibilidad y de dar empujones dentro de la política. En Podemos estaban hablando desde el principio de modificar la ley laboral para plantear la imposibilidad de despedir a una persona si está de baja. Ya no hablemos si está de baja por un aborto. Esto genera una dicotomía entre lo que se planteaba y se dice y se defiende de lo que realmente pasa a nivel interno.
P: También cuenta que mientras el presidente de la Comisión de Garantías, Pascual Ribot, maniobraba para colocar a su hija como consejera insular, hubo una reunión para que usted no fuera candidata al Parlamento. Cuando pidió explicaciones le respondieron: “Eres una sudaca que nunca tuvo los santos cojones de ponerse un vaquero roto”. ¿Se sintió cuestionada en Podemos debido a su origen o a su forma de vestir?
R: Los dos compañeros que tenía en la Comisión de Garantías tenían una forma de trato de ‘sudaquita’ en plan broma al principio y después no se cuidaron en decirlo con otro sentido y con la intención de causar daño y de menospreciar. A mí me permitieron estar en la lista como diputada, lo que pasa es que dentro de los manejos que hacen está controlar a los que votan en las internas. Lo que logran con esto es que una persona que en una lista está en el número 10, por ejemplo, pueda subir o bajar en función de los votos que recibe y que ellos controlan. Lanzan consignas a esa gente, por ejemplo, no voten a Fulano, pero sí a Mengano. Y así se va intentando variar esa posición.
Con respecto a la vestimenta, ha sido una forma de justificarse de mi compañero Joan Canyelles, acorralado a raíz de que le preguntara qué había de cierto de las reuniones que me entero que había un acuerdo para evitar que yo fuera diputada. Al principio me daba largas y al final me lo terminó justificando: yo no había empatizado con la militancia por una forma de vestir.
P: ¿Qué lecciones saca de este periodo?
R: Podemos quedó en una ilusión que no ha prosperado. El desencanto que se produce tanto a nivel personal como de la militancia ha sido insalvable dado lo que hay en este momento en Podemos. La experiencia sirve para mejorar y que no se vuelvan a repetir determinados comportamientos, para no desilusionar a la gente tan alegremente porque el auge que significó Podemos es fruto de una evolución que arranca con el 15M y que se termina materializando en esta expectativa.El hecho de que ocurran infinidad de conductas que contradicen ese espíritu genera daño a nivel social. Y a nivel interno es una forma de alentar a la gente a aprender a decir y a denunciar lo que no está bien porque si no se entra en estas dinámicas que ya en 2015 se deban y en 2021 se siguen dando. Cuando hablamos de un Pablo Iglesias tan personalista lo que estamos diciendo es que se olvidó absolutamente de todo un entorno y de todo un proyecto por más que de cara a la galería diga otra cosa; cuando hablamos del movimiento feminista sabiendo que hay estos comportamientos con las mujeres y al día siguiente los ves salir en una foto hablando de la igualdad ahonda en esta desilusión. Pero de todo se aprende.