Ferraz orilla el desastre del 18-F: "Nada cambia en España. Distracciones cero"
La cúpula federal se sacude el severo hundimiento en Galicia. Hay quienes apelan ya a las elecciones vascas de abril. La conmoción ante el golpe exaspera los ánimos socialistas
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El castigo es escalofriante. Total. Pedro Sánchez tiene difícil escapatoria. Los socialistas firman sus peores resultados históricos en Galicia. El Presidente se implicó activamente en la campaña y avaló a José Ramón Gómez Besteiro como cartel electoral. Era una apuesta personal suya. El PSdeG, en el tercer puesto, ha quedado pulverizado: 9 diputados, 5 menos que en las últimas autonómicas de 2020. Lo nunca visto. Un dramático 14 % de las papeletas. “Ni lo podíamos imaginar”, admiten en privado dirigentes implicados en la campaña electoral.
El alto mando del PSOE se resistió a la evidencia y escaseó la autocrítica. La contundencia del veredicto fuerza, sin embargo, a trazar un cortafuegos y focalizar la brutal sacudida en Galicia. Desde Ferraz precipitaban su respaldo a Gómez Besteiro para que trate de reinventarse liderando desde la cámara autonómica un proyecto a medio y largo plazo. Eso también está por ver a la espera de los movimientos en el PSdeG. Sea como fuere, la consigna emitida resulta clara: “Nada cambia en España. Distracciones cero”. La “hoja de ruta del Gobierno sigue siendo la misma”, inciden a COPE desde las alturas. Para empezar, con la apuesta presidencial por la ley de amnistía, porque el BNG la defiende igualmente con vehemencia. Estiman que, sencillamente, se ha votado “en clave gallega”.
La lectura pormenorizada de los resultados llega este lunes, cuando se reúna la Ejecutiva Federal del PSOE a partir de las 10:30 horas. Sánchez no acudió a la sede de Ferraz para vivir el escrutinio. Lo siguió desde La Moncloa como hace cuando tocan unas autonómicas parciales. El cuartel general estuvo capitaneado por la vicesecretaria general, María Jesús Montero y el secretario de Organización, Santos Cerdán. Los rostros evidenciaron la amplitud del estropicio.
El plebiscito vasco
En Ferraz quieren mirar al siguiente escenario electoral, las vascas, aún por convocar, pero el 21 de abril toma fuerza como fecha de las urnas. Una contienda más cargada de incertidumbres, aunque la aspiración del PSE pasa por revalidar la coalición con el PNV, como hasta ahora. Para ello, socialistas y nacionalistas deben aguantar la suma y retener una mayoría absoluta en solfa ante la pujanza de Bildu. El plebiscito en ciernes es también un asidero de la dirección del PSOE para orillar el revés del 18-F y tirar hacia adelante. “Ahora, a volcarse en Euskadi”, trasladan también a COPE.
Como si fuese un partido al que se llega en tiempo de descuento con los dos equipos igualados. Así llegó a vender Ferraz este 18-F. “La Xunta se va decantar por muy poco”, “puede pasar cualquier cosa”, repetían. En el sprint final de la contienda, volcaron la artillería en dibujar al PP a la defensiva, pulsando el “botón del pánico”. “Eso anima a los nuestros”, proclamaban en la sala de máquinas. Sin embargo, el PSdeG era ya en el cenit de la campaña una marca en depresión. Amplios sectores cuestionaban un diseño de la carrera sin pies ni cabeza, jugando en clave nacional un combate con los populares percibido como “estéril”, mientras sufrían una baja movilización y, ante todo, la masiva huida de votantes al BNG convertido en la alternativa.
Sánchez en el extrarradio
La cuestión es que Pedro Sánchez piensa en términos de bloque y sacrifica el socialismo a un papel subsidiario en territorios donde sus votantes disponen de alternativas soberanistas que le deberán el favor en Madrid. El juego implantado por Sánchez está hecho a la medida de Sánchez y ha dejado a muchos en sus filas colgados de un PSOE inexistente. Así, la obsesión de La Moncloa y de Ferraz por presentar “tocado y hundido” a Alberto Núñez Feijóo en su línea de oposición ha ido en detrimento del PSdeG en una pugna desigual, extremadamente complicada para sus intereses, toda vez los “motores del partido no han marchado”. Los socialistas terminaron fiando su suerte a propagar la idea de su participación al “cambio” en Galicia, pero resultaba difícil encontrar a alguien que contemplase tal escenario.
Apenas quedó perfilada la sangría sin paliativos, los móviles de cuadros de la federación echaron humo con mensajes, primero de amargura, y, luego, de llamadas a reaccionar. También por los continuos cambios de candidatos: Desde el fracaso de Emilio Pérez Touriño en 2009, se ha echado mano de Pachi Vázquez (2012), Xoaquín Fernández Leiceaga (2016), Gonzalo Caballero (2020) y finalmente de José Ramón Gómez Besteiro.