La Moncloa rodea a Sánchez de “cortafuegos” para frenar el desgaste del virus

El entorno presidencial cree necesario poner coto a la sobreexposición en esta ola

La Moncloa rodea a Sánchez de “cortafuegos” para frenar el desgaste del virus

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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La pandemia está descontrolada, pero Pedro Sánchez se repliega. Colaboradores del Presidente asumen la necesidad de relegar toda sobreexposición, de medir y filtrar más las apariciones mediáticas. Los “Aló”, las comparecencias televisadas de fines de semana a horas de máxima audiencia, no están previstos. De momento. “Cada día tiene su particularidad”, avisan.

El entorno presidencial delata una actitud defensiva de control de daños. Están en extender una “coraza” alrededor de Sánchez, eludir el desgaste sufrido en los momentos más duros de la crisis en la pasada primavera, incluso esquivando la tribuna de las Cortes para defender la excepcionalidad de un estado de alarma por seis meses, de una tacada, y hacerlo con asideros tales como la de evitar “un pim pam pum político” con un debate de la nación cada 15 días. A una parte del PSOE ha desconcertado la estrategia desplegada que pasa por hacer de Salvador Illa el “pararrayos” del Presidente. “La situación está en sus manos” o “Está aquí para inmolarse si hace falta”, sentencian desde despachos de La Moncloa.

Sánchez valora la entrega y lealtad de su ministro de Sanidad y ha ordenado a Iván Redondo, su jefe de gabinete, que lo arrope.Mientras ejerza de parapeto Illa, estará protegido el Presidente que, después de regatear el control parlamentario con una holgada mayoría absoluta otorgada por la suma de los socios de Frankenstein y CS, transita - materializada la siempre soñada “transversalidad”- envalentonado, aunque sin quitar ojo a los disturbios en las calles durante el puente de Todos los Santos. Los estallidos llevaron a Pedro Sánchez a reaccionar y condenó “la conducta violenta e irracional”. “Sólo desde la responsabilidad, la unidad y el sacrificio lograremos vencer a la pandemia”, señaló en un mensaje en su cuenta en Twitter.

El riesgo, para los guionistas de Sánchez, es que prenda la mecha de una protesta social. Crece el hartazgo de una sufrida ciudadanía ante el contraataque del virus y las restricciones de derechos que conlleva, antesala de un posible confinamiento domiciliario que el Gobierno se resiste de forma oficial a nombrar, siendo consciente de las dificultades ante la España aún por venir, con una sangría de cierres de negocios bajo el estrago económico. El jefe del Ejecutivo ya ha delegado sus responsabilidades a las Comunidades Autónomas, con el envoltorio de la "cogobernanza", algo que ratificará, encubriendo su dejación de funciones, en cada nuevo paso impopular a dar.

Para eso precisamente existen los “cortafuegos”, por lo que pueda suceder. En La Moncloa, en todo caso, saben que en su jugada hay agujeros porque los españoles mirarán hacia el Gobierno de Pedro Sánchez tras hacer realidad distintos modelos regionales para combatir la pandemia.

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