Sánchez prepara ya al PSOE para pasar página de una bofetada el 19-J

El Presidente es inasequible al desaliento, resumen dirigente territoriales en espera de medir la resistencia de la federación andaluza.

Ricardo Rodríguez

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Pedro Sánchez viene trasladando internamente una imagen de serenidad acompañada de mensajes de confianza y hasta de optimismo en el momento más crucial para el PSOE, desplomándose en todas las encuestas a las puertas de las urnas andaluzas. “Es inasequible al desaliento”, resumen a COPE dirigentes territoriales. Desde luego, las señales emitidas por Sánchez no están sustentadas en datos demoscópicos, porque lo que puede abrirse a partir del 19-J es un periodo de máximo revuelo en estamentos del partido.

Estamos en sus manos”, admiten cuadros deseosos de creer en la capacidad de reacción presidencial. Hasta ahí, prácticamente toda la organización socialista coincide. Siempre fiel a su habilidad para contemporizar ante cualquier circunstancia adversa, Sánchez ha instruido a sus presidentes autonómicos en renegar de hacer de Andalucía un laboratorio electoral extrapolable al resto de España. El recado es el habitual: Cada comicio es distinto.

Y, además, queda casi un año para las municipales y autonómicas, el auténtico test, y, según los cálculos tan del gusto de La Moncloa, todos los barones están llamados a conservar el poder en sus respectivos bastiones. A eso aspiran como antesala de las generales. “El partido se juega en mayo de 2023”, defienden desde la misma Ferraz donde, no sin un alto grado de resignación fatalista, esparcen ahora la existencia de “voto oculto” para el socialismo andaluz ante las negras expectativas arrojadas por los tracking diarios.

Comprobada, sobre el terreno, una irregular implicación en la movilización de los alcaldes, el panorama se complica y apunta a una rodada cuesta abajo de la formación. En otras palabras, al tantas veces impugnado cambio de ciclo. Pero, “al Presidente no le gusta que nadie le dicte sus pasos”, asevera su entorno ante las reiteradas demandas de sectores de la formación para que se mueva tras el próximo domingo. Salvo un hundimiento inapelable del PSOE-A, nada hace pensar tal ataque de realidad por parte de Sánchez. El argumentario en cocina apunta a la falta de tiempo de Juan Espadas, apuesta de Ferraz, para hacerse con el liderazgo de la marca.

En el círculo más cercano a Sánchez reiteran que “jamás da muestras de amilanarse. Sabe a dónde va y es plenamente consciente de lo que está haciendo”. El Presidente proseguirá e incluso intensificará su agenda política y exige que, con él a la cabeza, desde el Gobierno al PSOE sean un altavoz que llegue a todos los rincones en la enésima intentona de reconectar con la ciudadanía. De esa tarea explicativa, además de mantener constantemente la iniciativa, depende, en opinión socialista, el camino hasta finales del año que viene.

A partir del lunes, empezaría otra carrera para La Moncloa y para Ferraz. Otra etapa hacia las generales. Frente a los recelos existentes en las federaciones, en el partido y también entre los electores, Pedro Sánchez muestra su convicción de que sacar adelante las reformas pendientes, junto al despliegue comunicativo, favorecerán su permanencia en el poder.