Sin micrófonos: ¿Podrías perdonar a tus secuestradores como hizo Quini?
Se cumplen 37 años del rapto de uno de los futbolistas más grandes de todos los tiempos tras un Barça-Hércules
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Treinta y siete años. Hoy, 1 de marzo, se cumplen treinta siete años del secuestro de Quini. Dos días después de su repentina muerte que ha conmocionado a toda España, porque Quini es, Quini era, ante todo, una buena persona. Hemos visto muchas imágenes y nos han venido a la mente muchos recuerdos de “El Brujo”, en especial a los gijoneses. Decir Quini es decir Gijón, es decir Sporting. Nos hemos acordado de su secuestro, privado de libertad durante veinticinco días en marzo de 1981. Y también nos acordamos de que perdonó a sus secuestradores. Cuando ocurrió a nadie en su sano juicio le entraba en la cabeza cómo se podía secuestrar a Quini, a una persona como Quini. Causó indignación en toda España, sobre todo en Barcelona donde fue secuestrado a punta de pistola, pero en especial en Gijón, donde se vivió con mucha rabia e impotencia. Enrique Castro forma parte de la vida de todos, forma parte de la historia de los gijoneses, de los asturianos. Público y notorio. Lo tengo que decir, soy de Gijón y he tenido la suerte de conocerle.
Y conociendo a Quini, a nadie le extrañó que perdonase a sus secuestradores, aunque mucha gente no lo comprendió. “Ya sabes como es Quini”, decían sus más allegados. Y mucha gente se pregunta si se puede perdonar a tu secuestrador. Un secuestrado puede perdonar de forma personal, pero el delito de detención ilegal es perseguible de oficio, señalan a COPE fuentes jurídicas. Quini perdonó a sus captores nada más ser liberado y retiró la acusación. Pero el Tribunal de la Audiencia de Barcelona, en 1982 condenó a los acusados a diez años de cárcel y a pagar cinco millones de pesetas al futbolista. Quini renunció a esa indemnización. Según el artículo 164 del Código Penal, “el secuestro de una persona exigiendo alguna condición para ponerla en libertad será castigado con penas de seis a diez años de cárcel”.
Impresionante homenaje ha tenido Quini, Quinichi, Brujo, Quinocho, como más guste. Todos apelativos cariñosos. Porque desde el cariño es como se entiende a Quini. Y en estos días ha recibido lo que siempre dio. Lo bueno es que lo disfrutó en vida.