Sánchez fía su suerte a una reacción de la izquierda frente a la alianza de “derechas”

La consolidación del PSOE como primera fuerza política en España, pero obligada a hacer frente a una alternativa “de derechas”, la formada por PP, Ciudadanos y Vox, con capacidad de superar a la izquierda, es confirmada a día de hoy, y en su trazo grueso, por los estudios sociológicos en manos del propio gabinete del Presidente. Así lo reconocieron fuentes solventes a la Cadena COPE.

Ahora bien, con las urnas aún humeantes en Andalucía, Pedro Sánchez consideró conveniente esperar a ver el comportamiento de un potencial votante, ese que, dándoles la espalda en las autonómicas del 2 de diciembre, jamás creyó en un revolcón electoral tan impredecible. En palabras de un alto cargo monclovita: “Donde hay acción, siempre existe reacción”. Sánchez, con encuestas como la de GAD3 en mente, defendió la fortaleza de su Gobierno frente a una suma de populares y naranjas, necesitados además de Santiago Abascal, para tratar de desalojarle del Poder. Esa convicción fue trasladada por el Presidente en conversación informal con la prensa durante la copa de Navidad en La Moncloa.

“Al PSOE le sienta bien La Moncloa”, avisaron personas cercanas al jefe del Ejecutivo que invitaban a huir del cortoplacismo en política. La tesis imperante resultó que Sánchez, “a diferencia de algunos barones”, por cierto, “aún debe entrar en campaña”. Y es que, ante los presidentes de comunidades más temerosos, existen en el entorno del Presidente quienes alertan contra esos candidatos demasiado identificados con “los aparatos” del partido. Más allá de lances internos, algunos en La Moncloa reconocieron su interinidad: “Desde aquí, y si sumamos 54 días, cualquier domingo es posible para celebrar generales”.

El presidente del Gobierno, insistentemente, mantuvo su intención de agotar la Legislatura. Llegar a 2020. Al menos, asumió la imposibilidad de alargar tanto su actual mandato sin unos nuevos Presupuestos Generales del Estado bajo el brazo. En La Moncloa, precisamente, tienen la mirada puesta en esas cuentas públicas, cuya aprobación – mantienen interiorizado diversas fuentes – se antoja “muy difícil”. Jugarán ese partido, siempre con la recurrente espada de Damocles sobre la testa de PDECAT y ERC de un futuro “con nosotros o con las derechas”. La suerte del proyecto está en manos del secesionismo, cuya fractura pretende rentabilizar el propio presidente del Gobierno.

La intentona de rebajar la tensión en Cataluña llega con la pretensión de Pedro Sánchez de tener “la mejor interlocución” con Quim Torra y tendió la mano para celebrar un cara cara coincidiendo con el Consejo de Ministros en Barcelona. Un consejo con el que el Presidente quiere mandar el mensaje de “normalidad” ante “la presencia del Estado”. “Cataluña es también mi responsabilidad”, llegó a sostener ante los periodistas. La convocatoria gubernamental, además de aprobar la subida del Salario Mínimo Interprofesional, dará luz verde a medidas de Infraestructuras específicas para Cataluña, junto con un guiño, cargado al parecer de simbolismo, que el jefe del Ejecutivo se resistió a avanzar.