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Sánchez se hace sus cuentas de la lechera con Iglesias

El presidente del Gobierno coincide con el líder de Podemos en algo: en la necesidad de mantener viva la Legislatura. Y Pedro Sánchez pretende sacarle partido

Pedro Sánchez en primer acto político tras 100 días de Gobierno

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Todos los movimientos desplegados por Pedro Sánchez deben entenderse en clave de supervivencia. Si consigue la cuadratura del círculo, se habrá producido, por su empeño e interés, una gran carambola política. Pero si no lo logra será difícil reprocharle el intento. La táctica de Sánchez ha pasado por emplear semanas en cultivar la relación con Pablo Iglesias. Y en ésas anda. En el intento de mantener viva la Legislatura. “Con Unidos Podemos, sumamos de partida 156 diputados, los mismos que José María Aznar en 1996, para construir una mayoría", gustan repetir en el entorno del presidente del Gobierno.

La batalla por sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2019 es en realidad una batalla por la continuidad de Sánchez en La Moncloa. Y al mismo tiempo por achicar el espacio de Podemos, por darle el abrazo del oso a Iglesias,obligado a hacer de la necesidad virtud. Si por el líder de Podemos fuese, aseveran en La Moncloa, “nunca” afrontaría unas elecciones generales. La caída de las expectativas de voto de Podemos están detrás del acercamiento al Ejecutivo.

Porque por más que Iglesias ambicionase La Moncloa, lo cierto es que se ha visto en la tesitura de finiquitar la utopía del sorpasso y entrar en el juego de Sánchez como un subalterno. Y ello supone para el jefe morado el reconocimiento de un fracaso. Su resistencia le llevó a vender una privilegiada posición de influencia, definida como “cogobierno” que, sin embargo, La Moncloa careció de empacho en negar. Será la actividad parlamentaria la que determine hasta qué punto Podemos va en serio.

De momento, el catálogo de medidas concretas anunciadas con trompetería como logros por Iglesias al término de la reunión de la semana pasada con Sánchez en La Moncloa formaba ya parte de la cartera del Ejecutivo: Desde establecer tramos en la cotización de los autónomos, a bajar el IVA a productos de primera necesidad, subir el Salario Mínimo Interprofesional o revertir recortes en Educación. Pasos de los que, por cierto, el Ejecutivo informará a Bruselas antes de acudir a las Cortes. Es obvio quePodemos ya asume como un imposible desbancar al PSOE como primera fuerza de la izquierda, lo cual lleva a Pablo Iglesias a reforzar a Pedro Sánchez. Una nueva variable en el escenario político.

De lograr Sánchez polarizar el voto de la izquierda en las siguientes citas con las urnas y atrae de nuevo a los desencantados morados, el liderazgo de Iglesias, invalidado como alternativa de Gobierno, quedará fuertemente cuestionado. Ésa es la apuesta, sin ningún rubor, del jefe del Ejecutivo. El objetivo de Sánchez pasará por entonar el “réquiem” de Iglesias. Los pronósticos anotados en el seno de La Moncloa dibujan un triunfo en las locales del próximo año y Pedro Sánchez alargaría la Legislatura hasta el último trimestre de 2019 o, incluso, el primero de 2020. 

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