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El Gobierno, cansado de las "medallas" de Ciudadanos

Albert Rivera y Mariano Rajoy durante una reunión en Moncloa. EFE

María Dabán

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El Gobierno no oculta su malestar por la actitud de Ciudadanos y su afán de sacar rédito político de cualquier asunto, sea o no verdadero, sin atender a ningún tipo de rigor. El último ejemplo ha sido la amenaza de la formación naranja de no apoyar los Presupuestos Generales del Estado si el Gobierno accedía a la supuestas peticiones del PNV para romper la caja única de la Seguridad Social y para acercar los presos a las cárceles del País Vasco. Ha sido el propio Mariano Rajoy el que ha negado la mayor: no hay tal petición, partimos de una noticia falsa. El jefe del Ejecutivo iba más lejos y aseguraba que estos episodios no dicen nada bueno a favor de la política en general. Pero, para evitar suspicacias, el jefe del Ejecutivo dejaba claro que nunca cambiaría competencias o transferencias por ese respaldo.

Y es que, para el Gobierno, la táctica de la formación naranja es siempre la misma: parten de algo que es falso y, cuando se niega (porque no es cierto), “se colocan la medalla” y aseguran que el Ejecutivo ha rectificado gracias a su gestión.

Lo mismo ha pasado, dicen, en el caso del juez Llarena, y es que ni se molestan en llamar a sus socios del PP para ver si lo que se dice es cierto, o no. Van siempre “de caza mayor”: primero a por Cifuentes, ahora a por Cristóbal Montoro.

En las últimas horas, el Gobierno ha puesto además deberes a Ciudadanos en Cataluña, y recordaba, que el recurso sobre la delegación de voto de Toni Comín depende de los partidos presentes en el Parlament, en especial, de la formación naranja, que anda desaparecida, apuntan, y eso que cuenta con 36 diputados en la cámara. El Ejecutivo no descarta, según Rajoy, tomar las medidas necesarias para evitar que se vulnere la ley, pero, vienen a decir desde Moncloa, hay que ir siempre al Constitucional solo si sabes que vas a ganar, y en este caso no esta tan claro.

Algunos se malician, eso sí, que al Gobierno no le viene mal que el Parlament no dependa de los votos de la CUP, que son los que exigen siempre a los candidatos más radicales... Si con la delegación de voto de Comin, se consigue que presenten a alguien más centrado, se dará por bueno ese movimiento de los independentistas. Y es que en la crisis catalana, hay tantas interpretaciones como reescrituras de un guión que sigue sin tener un final.

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