El Coliseo, iluminado de rojo, por los cristianos perseguidos en el mundo

Organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada, en este acto único y simbólico participarán el marido y la hija de Asia Bibi, condenada a muerte en Pakistán por blasfemia contra el islam y Rebecca Bitrus, prisionera durante dos años de Boko Haram. El Papa Francisco ha querido recibirles en audiencia privada

El Coliseo romano iluminado de rojo, una iniciativa de Ayuda a la Iglesia Necesitada

Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

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El Coliseo de Roma, uno de los monumentos más visitados del mundo y símbolo de la persecución contra los cristianos se iluminará este sábado de rojo para recordar a los perseguidos por su fe. A la vez que el Coliseo, también lo harán la Iglesia de San Pablo en Mosul y la de San Elías en Alepo, dos de los lugares que aún se lamen las heridas del Daesh.

Y como prueba práctica de la trágica persecución contra los cristianos en varias partes del mundo, delante del Coliseo se encontrará el esposo y una hija de Asia Bibi, sentenciada a la pena de muerte en Pakistán hace 9 años y que en unas condiciones durísimas espera en prisión la apelación de su caso. 

Asia Bibi fue condenada por "blasfemia contra el islam" tras ser denunciada en 2009 por unas mujeres a raíz de una discusión en un pozo de agua. Los cristianos tienen prohibido beber del mismo recipiente que los musulmanes. En su pueblo sólo vivían dos familias cristianas. También estará presente Rebecca Bitrus, secuestrada durante dos años por Boko Haram en Nigeria, que ha pasado por los micrófonos de COPE para contar su terrible historia: Durante su secuestro vió como un soldado tiraba al rio a su hijo pequeño para que se ahogara tan sólo porque lloraba y a lo largo de su cautiverio, fruto de las violaciones, se quedó embarazada y dio a luz a un niño. A pesar de todo, Rebeca ha perdonado a quien la privó de la libertad durante dos años y la sometió a violencias de todo tipo: “He perdonado, completamente, desde lo profundo del corazón”

VISITA AL PAPA

El Papa Francisco ha querido sumarse a esta iniciativa recibiendo este sábado a estas tres personas. El Santo Padre conoció y saludó ya en abril de 2015 al esposo y la hija de Asia Bibi al final de la audiencia general en la plaza de San Pedro.

La audiencia habría debido ser un acto estrictamente privado, pero Rebeca Bitrus no pudo contener su emoción y anunció a los periodistas su encuentro con el Papa: “le contaré mi historia, nuestras dificultades y también los esfuerzos que está haciendo la Iglesia por la vía del diálogo y la pacificación”.

¿Por qué es necesario iluminar el Coliseo de Rojo?

La primera vez, puede que nos conmoviéramos. Esa primera imagen de una mujer condenada a la horca en Paquistán -Asia Bibi- acusada de blasfemia, simplemente por ser cristiana puede que hasta nos quitara el sueño. Lo mismo al escuchar los relatos del Obispo Juan José Aguirre en el infierno de Boko-Haram o al contemplar las iglesias destruidas y ametralladas en Irak y Siria por el odio de quienes matan o persiguen parapetados en la religión. Dicen que el odio tiene mucho que ver con el miedo. Y sólo desde el odio más ciego y más intolerante podemos entender el porqué de la persistente persecución contra los cristianos.

Son tiempos de odio en 4G. Pensamos que nos hacemos cargo de las tragedias de los que están lejos, cuando en verdad las miramos desde el gallinero. De ahí esta oportuna iniciativa que Ayuda a la Iglesia Necesitada ha puesto en marcha tiñendo el Coliseo de rojo para recordar el drama de los cristianos perseguidos. La memoria es frágil y el color rojo muy poderoso. Corrige los errores y alerta de los olvidos. Es también el color de la sangre derramada en el mundo por tantos mártires desconocidos en la peor de las persecuciones que los cristianos han sufrido en cualquier tiempo de la historia. Ha oído usted bien. Intentemos asimilarlo y reaccionar.

El Papa Francisco no se cansa de repetir que hoy hay más perseguidos por causa de su fe que en los primeros siglos. Que se haya escogido un edificio tan singular y único como el Coliseo debería servir de reclamo a la comunidad internacional para que exijan respetar en todo el mundo el principio de la libertad religiosa, proclamado en el artículo 18 de la Declaración de Derechos Humanos, que de forma tan flagrante se está violando hoy en el mundo. Ningún otro credo religioso como el cristiano tiene tantos asesinados o encarcelados. Necesitamos de “provocaciones” como la que va a protagonizar el Coliseo. Así al menos les protegemos contra la indiferencia. Aunque históricamente es muy probable que la mayor parte de las matanzas contra los cristianos tuvieran lugar en otros escenarios romanos, El Coliseo se ha erigido como símbolo de su martirio. Y los símbolos, no lo olvidemos, contrarrestan la indiferencia.

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