Descubierta en la Antártida una isla desconocida hasta ahora
Wellner es una de las principales científicas de un proyecto de investigación que estudia la estabilidad de los mayores glaciares de la Antártida
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una expedición científica recorría las costas de la Antártida, una de las muchísimas que recorren un lugar totalmente mágico en el mundo. Lo inaudito es que esta última descubrió algo. Los expertos encontraron una nueva isla que no aparece en los mapas. Estos investigadores que no regresarán a puerto hasta el próximo 25 de marzo, comunicaron el hallazgo a toda la comunidad científica internacional. Ahora, esperan con impaciencia que se lleven a cabo los primeros estudios para analizar qué supone este descubrimiento.
Según se ha publicado en "Nature" y ha informado ABC, se trata de una prueba de lo rápido que este continente está cambiando como resultado del cambio climático.
"¡Creo que estoy viendo rocas!, exclamaba uno de los expertos. Según cuenta Julia Wellner, geóloga marina de la Universidad de Houston en Texas, que dirige la expedición: "huvo una conmoción cuando todos a bordo se apresuraron a ver al afloramiento rocoso cubierto de hielo". Cuando se "toparon" con este hallazgo, entre ellos el de Isla de Sif (en honor a una diosa nórdica asociada con la tierra)... pero esa sensación de júbilo dio paso rápidamente a la emoción sobre las implicaciones científicas del hallazgo.
Wellner es una de las principales científicas de un proyecto de investigación que se encarga de estudiar la estabilidad de los mayores glaciares de la Antártida. Hasta el momento, pretenden recolectar muestras de la costa para su análisis. Wellner ha anunciado que inspeccionar la isla se ha convertido en prioridad "absoluta".
Durante la primera inspección, los expertos han confirmado que se trata de granito volcánico y que alberga una pequeña colonia de focas. No se vislumbran afloramientos rocosos visibles en 50 kilómetros a la redonda.
La isla está cubierta de hielo y tiene unos 350 metros de longitud. Los investigadores creen que este hallazgo podría explicar muchos cambios en la Antártida a raíz del cambio climático.