Merkel y Macron dispuestos a limar diferencias para "refundar" la UE

 La Canciller alemana y el Presidente francés han reafirmado su propósito de consensuar la "refundación" de la Unión Europea, pese a admitir sus diferencias sobre el nuevo diseño y convencidos de que podrán presentar su propuesta conjunta el próximo junio.

EL PRESIDENTE MACRON VISITA ALEMANIA

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Para Emmanuel Macron, el acento debe ponerse en el término "inversiones", mientras que Merkel insistió en la necesidad de dar con "soluciones justas", en que se combinen el sentido de la "responsabilidad compartida" y los "esfuerzos nacionales".

Los desafíos son "enormes", coinciden ambos líderes, ya que van de la política exterior a la fiscal y también la migratoria, en especial en lo que concierne a la protección de las fronteras exteriores de la UE.

Uno de los grandes escollos es el propósito francés de aumentar la contribución al presupuesto comunitario -lo que afecta directamente a Alemania, como primera economía del bloque-, así como a la creación de un presupuesto y un ministro de Finanzas común para la eurozona.

Los puntos de partida son distintos, pero no faltará la "voluntad" en ninguno de los dos gobiernos para llevar adelante tan "titánico trabajo", aseguró el presidente francés.

Angela Merkel, por su parte, ha señalado que los grandes logros de los últimos años, como las reformas emprendidas en Portugal, España e Irlanda contra la crisis global, resultaron de una "sabia combinación" entre las responsabilidades asumidas de cada uno de los países afectados y la solidaridad europea.

Esa línea debe mantenerse ahora en la refundación de la UE que pretende impulsar su eje tradicional, el franco-alemán, para lo cual va a precisarse mucha "capacidad de compromiso" por parte de París y Berlín, destacó la canciller.

La reforma de la UE va más allá de la profundización de la integración en la eurozona e incluye también la puesta en marcha de un sistema común de asilo y el establecimiento de una política exterior común coherente, apuntó la canciller.

La unión monetaria no es aún "resistente a las crisis", ha admitido Merkel, quien recordó que partió de su anterior ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, la propuesta de reconvertir el fondo de rescate, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), en una versión europea del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Se trata de "no depender tanto del FMI para resolver nuestras crisis", ha defendido la canciller, mientras Macron apuntaba a que de superar con éxito estas situaciones depende la "soberanía conjunta europea".

La cita bilateral tuvo lugar en el llamado Humboldt Forum, un ambicioso proyecto arquitectónico presupuestado en 500 millones de euros que reproducirá el Palacio Imperial prusiano, parcialmente destruido por los bombardeos de la II Guerra Mundial y finalmente derruido en tiempos de la Alemania comunista.

La escenografía de esa obra dio pie a mucho simbolismo: principalmente, el de la Europa que Macron y Merkel quieren refundar, ahora en fase de construcción como ese palacio prusiano, cuyas obras se estima concluirán a finales del próximo año.

Ambos líderes evocaron ahí la figura del científico y explorador alemán Alexander von Humboldt, quien consideró Francia su "segunda patria", lo que encaja asimismo en el espíritu del eje franco-alemán que Macron y Merkel quieren revitalizar como motor europeo.

A la reunión de este jueves en Berlín, dos días después de que el presidente francés formulara en la Eurocámara de Estrasburgo su proyecto comunitario, seguirá un Consejo de Ministros bilateral, el 9 de junio, del que deberá salir el consenso a presentar ante la cumbre de la UE, diez días después.

"La formación de Gobierno tardó más de lo esperado. Por eso hemos tenido que mantener en conserva nuestro mago", reconoció Merkel, retomando el saludo que, en mayo de 2017, dedicó al entonces recién elegido Macron -"todo comienzo tiene un mago en su interior"-, parafraseando al escritor Hermann Hesse.

La canciller aludió ahí al largo proceso transcurrido entre las últimas elecciones generales, el pasado septiembre, y su investidura para un cuarto mandato, en marzo, marcado por la larga negociación hasta formarse una nueva gran coalición.

Estos casi seis meses de Gobierno en funciones han ralentizado la concreción del aspirado consenso franco-alemán, lo que la canciller aspira ahora a subsanar con ese calendario de encuentros bilaterales, hasta poder presentar un programa completo a sus socios.