Un sacerdote denuncia que en Cuba la gente tiene difícil comer a diario

El padre Castor José Álvarez de Devesa, se encuentra en Roma para informar al Vaticano de las penurias que pasan los cubanos

Manuel Ángel Gómez

Publicado el - Actualizado

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El padre Castor José Álvarez de Devesa, uno de los tres sacerdotes cubanos que pidieron libertad y elecciones en Cuba en una carta a Raúl Castro, está en Roma con la intención de ser recibido en el Vaticano para informar de cuál es la situación en su país. En declaraciones a la Cadena COPE, este sacerdote, que realiza su labor en una parroquia de Camagüey, dice que quiere “hacer llegar al conocimiento del Santo Padre la carta que hemos escrito, abierta, a Raúl”. Una misiva en la que solicitan “unas elecciones de otro tipo, y que se abra paso a un marco de libertades que permita el progreso, y la elección de un camino político desde el pueblo”.

El padre Castor José Álvarez de Devesa tiene 46 años y lleva 16 ejerciendo el sacerdocio. Cuenta que ve “a la gente desanimada, y a la vez en la búsqueda de la comida, de alimentos, de lo esencial, que, a veces, se hace difícil y crea la angustia”. Según él, es “como si fuera un teatro de hipocresía, porque la gente no opina lo que siente, sino otra cosa, con miedo”.

Afirma el sacerdote que observa esa falta de esperanza a diario en la calle. “Reconozco que es jueves por la cola de los ancianos, fundamentalmente esperando que abran la farmacia, porque los jueves sitúan medicinas, y entonces están buscando comprarlas, poderlas adquirir”, nos describe. Y que “sufre todas estas cosas cuando ve la estatura de los niños en las escuelas, que no son las estaturas de mis tiempos, si no que son más pequeños, y entonces sufro porque veo que la alimentación no es la adecuada”.

Advierte de la posibilidad de que todas estas penurias lleven a una reacción violenta del pueblo cubano porque “cuando la persona se siente reprimida, se siente violentada puede ser que se llene la copa, y que entonces reaccione de una manera exagerada, y no quisiéramos que pasara eso”. Pone el ejemplo de que “cuando alguien nos está molestando y nos está molestando, y no se reacciona, pero la acumulación de esas reacciones internas que son reprimidas puede ser que exploten” en cualquier momento. Antes no ocurría porque los cubanos “se echaban al mar en unas balsas y llegaban a Estados Unidos, arriesgando su vida, y muchos morían en los tiburones, pero hoy en día se ha cerrado esa vía de escape que existía” lo que se traduce en que “se ha quitado una válvula de escape”.

Sobre la situación de la Iglesia en Cuba, el padre Álvarez de Devesa dice que “tiene un espacio bastante amplio de oportunidades”, aunque está limitado. “No podemos tener la libertad de construir templos nuevos, tenemos las escuelas cerradas, o están usadas por el gobierno”, señala.

Preguntado si teme represalias de las autoridades cubanas por la difusión de la carta a Raúl Castro y su viaje a Roma, el sacerdote responde que “uno se prepara para cualquier cosa, pero lo que quisiéramos es que no hubiera ninguna”.

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