La clave de la lucha armada de Hamás: destruir el estado de Israel
Considerado grupo terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y sobre todo, Israel, Hamás nació y sigue existiendo con un único fin, eliminar a Israel
Madrid - Publicado el - Actualizado
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"Hamás no es la Madre Teresa de Calcuta, no es una organización humanitaria internacional, es una organización neofascista, totalitaria, homófoba, que no acepta el papel de la mujer y que no quiere una Palestina en Cisjordania y Gaza, sino que quiere un estado islámico igual que ISIS. El problema de ellos no es con las fronteras de 1967, es con la existencia de Israel como Estado, y mientras esto sea así Israel tiene un problema".
Así define al Movimiento de Resistencia Islámica, Hamás, Henrique Cymerman, uno de los pocos periodistas que ha entrevistado a seis de los siete líderes fundadores de Hamás, y que, incluso, ha estado en más de 14 ocasiones en la casa de Ahmed Yasín, líder espiritual del grupo terrorista.
Tanto Yasín como su sucesor, Ábdel Aziz ar-Rantisi, murieron en marzo y abril de 2004, en repectivos ataques con misiles de Israel en Gaza.
Rantisi, pedriatra de profesión, volvía a representar la parte más dura de Hamás cuyo principal objetivo era volver a reorganizar a sus milicias y vengar la muerte de su precedesor, el jeque Yasín.
Tras sus muertes, el odio hacia el pueblo judío de los miembros de Hamás subió varios grados en el termómetro de la aversión contra el estado de Israel. Su objetivo es y será siempre el mismo: destruir Israel.
El odio a Israel, el leitmotiv del grupo terrorista
Declarado como "grupo terrorista" por Estados Unidos, Japón, Canadá, Egipto, Australia, la Unión Europea e Israel, es reconocido como "aliado" en otros como Afganistán, Irán, Catar o Siria. Hamás nació en los primeros días de la primera Intifada palestina de 1987 contra la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza.
Su brazo armado, las Brigadas Al Qassam surgieron en 1991, lideradas por el comandante Mohammed Deif, uno de los terroristas de Hamás más buscados por Israel.
Deif, que tiene jurada venganza eterna contra Israel, es el artífice de la fabricación de cohetes Qassam -cohete de metal relleno de explosivos-, el creador de una infraestructura de túneles -escondites en los que Hamás guarda las armas y sirven de lanzadera para los milicianos que se infiltran en Israel-, y, es el gran organizador de atentados y secuestros. Es, además, el principal valedor de la alianza entre Hamás e Irán para conseguir financiación y apoyo internacional.
El pasado sábado, Mohammed Deif (al que le falta un brazo y un ojo y se ve obligado a desplazarse en silla de ruedas al haber sido alcanzado en varios ataques israelíes), apareció en público para anunciar que había llegado "el día de la gran revolución".
A continuación comenzaron los ataques, por ochenta puntos de la frontera entre Gaza con Israel, tanto por tierra al infiltrarse decenas de milicianos, como por aire. 2.200 cohetes impactaban al mismo tiempo en diferentes puntos de territorio israelí, en los que aterrizaban desde parapentes motorizados milicianos del grupo armado palestino.
Ismail Haniya, el actual líder de Hamás
¿Quién es Ismail Haniya? Es el actual líder de Hamás, reelegido en agosto de 2021 después de ocupar el cargo desde 2017.
Gazatí, nacido en 1963 en el campo de refugiados de Shati, es profesor de literatura. En 1987 se licenciaba en Literatura Áraba en la Universidad Islámica de Gaza, centro influenciado por los postulados religiosos y políticos de los Hermanos Musulmanes, con predominio del sentimiento anti-israelí.
Participó en la Intifada del 87 y se afilió a Hamás. Fue detenido durante los disturbios y acabó en prisión.
Deán de la Universidad Islámica desde 1993, salió ileso del ataque israelí que costó la vida al líder espiritual de Hamás, Ahmed Yassin, quien le había puesto al frente de su oficina en Gaza.
Cuando en enero de 2006, Hamás gana las elecciones legislativas de Palestina, Haniya comienza a ganar popularidad. Ha procurado a lo largo de su mandato no hacer discursos excesivamente incendiarios, destacando, en cierto modo, por su moderación, mientras su segundo Saleh Al-Arouri, se encarga de arengar a los suyos con los discursos más subversivos.
Israel considera a Al-Arouri, el cerebro del movimiento y el que mueve los hilos en Cisjordania.
El mundo ha asistido al terror que han impuesto las milicias de Hamás
En agosto de 2022, Shlomo Ben-Ami, quien fuera el jefe de la diplomacia israelí entre el año 2000 y 2001, escribía en un artículo periodístico: "Gaza está al borde de una tragedia humanitaria y el intento de poner fin a la ocupación israelí de tierras palestinas mediante la resistencia armada ha sido un total fracaso; ¿qué puede hacer Hamás sino negociar con Israel? Por su parte, el Gobierno israelí ha decidido apostar a Hamás como socio para una tregua más duradera. A cambio de su cooperación, está dispuesto a aliviar el bloqueo, asignar permisos de trabajo en Israel a miles de palestinos e invertir en infraestructuras en Gaza (por ejemplo un puerto)".
Qué imposibles son ahora esas palabras. Una quimera.
Hasta el pasado sábado, los ataques de los miembros de Hamás a miembros del ejército israelí, o acciones más organizadas contra objetivos claros en ciudades tan emblemáticas como Jerusalem o Tel Aviv, eran justificadas, en numerosas ocasiones por la comunidad internacional afín a Hamás por "la opresión del pueblo palestino" y subrayaban la respuesta de Israel como "desproporcionada" a esos atentados (no ponemos fotografías de las víctimas por respeto. Así quedaron vehículos atacados el pasado sábado por terroristas de Hamás, sus ocupantes descerrajados a tiros).
El 7 de octubre de 2023, los milicianos de Hamás han dado un salto cualitativo en sus ataques. El mundo entero, prácticamene en directo ha asistido a la barbarie, a los asesinatos a sangre fría de ciudadanos israelíes por su venganza de sangre y para cumplir el mandato sin límites de sus dirigentes como Al-Arouri o Mohammed Deif: "Venceremos o moriremos como mártires".