Descubierto un nuevo misterio de la Mona Lisa: Un experto italiano identifica el puente del paisaje del fondo

Una investigación coordinada por el historiador Silvano Vinceti ha conseguido dar con el auténtico puente que aparece en uno de los retratos más importantes de la historia

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Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La Mona Lisa, la enigmática e icónica obra pictórica de Leonardo da Vinci, sigue dando que hablar. Sometida al escrutinio de cientos de estudios que durante los últimos cinco siglos han intentado revelar todos los secretos que esconde, en esta ocasión una investigación coordinada por el historiador Silvano Vinceti ha conseguido identificar el auténtico puente que aparece dibujado en el que para muchos se trata del retrato más importante de la historia del arte.

Silvano Vinceti, experto en Leonardo, autor de cinco libros sobre la Gioconda y responsable de otros importantes descubrimientos sobre el retrato más visitado del mundo (ha llegado a recibir 45.000 visitas diarias en el Louvre) está convencido, con pocas posibilidades de error, de que ha dado con la localización exacta del puente que el genio de Leonardo reflejó en el paisaje tras el retrato de la Gioconda.

Los resultados de la nueva exhaustiva investigación, contrastada con documentos históricos y comprobaciones geográficas realizadas con alta tecnología parecen confirmar que se trata del puente Romito o Puente del Valle, situado en la localidad de Laterina, en la provincia de Arezzo.

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En estos momentos solo queda en pié un arco del puente, pero en el momento en el que Leonardo da Vinci pintó La Gioconda entre 1501 y 1503 era uno de los puentes más transitados de la zona. La investigación aporta un documento que se encuentra en el Museo Estatal de Florencia, en el que se reflejan las propiedades que en aquella época poseían los Medici, y en el que se hace una referencia a la “afluencia” de personas y carros que lo atravesaban. Precisamente en aquel momento Leonardo da Vinci se encontraba en el Valle del río Arno, en una primera etapa al servicio de Cesar Borgia, y luego del confaloniero de la República de Florencia, Pier Soderini, quien le encargó trabajos de ingeniería hidráulica, incluso de rectificación del curso del río.

Tal como se ha podido confirmar con la ayuda de drones y la reconstrucción virtual digital, el puente Romito tenía cuatro arcos y descansaba sobre dos acantilados rocosos sobre el Arno, tal como aparece en la pintura. Se ha llegado incluso a averiguar el posible enclave desde donde Leonardo divisaba el puente para plasmarlo posteriormente en la pintura, una colina de esa zona llamada Punta Caianello.

Hasta el momento se habían considerado como válidas otras teorías que señalaban que el puente que aparece sobre el hombro izquierdo de La Gioconda, pertenece a Bobbio, un pueblo situado en una colina en la zona rural del sur de Piacenza, al norte de Italia, pero en realidad este puente tiene 7 arcos. Otra investigación señalaba al de Buriano, que tiene seis arcos, por lo que tampoco coincide con el pintado por Da Vinci. Además, estos dos puentes están construidos sobre superficies planas y el que aparece en la Gioconda se sustenta sobre paredes rocosas.

El análisis de las imágenes tomadas con el dron también han permitido confirmar que el paisaje pintado en la parte inferior izquierda de la Gioconda en el que aparecen un grupo de formaciones rocosas o peñascos en forma de pirámide, corresponden con la zona alta del valle del río Arno en el que se inspiró Leonardo, a 15 km del puente de Laterina. Coinciden, además, con unos dibujos presentes en el Código Hammer (o Código Leicester), el famoso manuscrito de Leonardo datado entre 1506 y 1510.

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El historiador Silvano Vincenti, que ha presentado los resultados de su investigación en la Asociación de Prensa Extranjera de Italia, asegura que en un primer momento el mismo compartía la teoría de que el puente de la Gioconda era el de Buriano, hasta que dio por casualidad con la Asociación Cultural La Rocca, cuyos miembros estaban convencidos de que se trataba del puente de Laterina. Gracias a ellos, convenció a investigar hasta que se dio cuenta de que su intuición era la acertada.

A lo largo de los siglos se han propuesto múltiples identidades tras la sonrisa más famosa de la historia de la pintura: Constanza d’Avalos, Isabel de Este, Caterina Sforza o incluso Isabel de Aragón, entre otras. Ninguna de ellas era florentina, por lo que en estos momentos se apunta a que corresponde a Lisa Gherardini, dama noble, esposa de Francesco del Giocondo, próspero comerciante de sedas. Sea quien sea la misteriosa dama de la sonrisa, seguirá aportando constantes descubrimientos a la historia del arte.

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