La fascinante historia del Observatorio Vaticano, uno de los más antiguos del mundo

COPE ha entrado en sus instalaciones y te revela sus secretos

Vista de una de las cúpulas giratorias de uno de los telescopios del Observatorio Vaticano en Castelgandolfo

Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

¿Sabías que…?

-La reforma del calendario gregoriano no se hubiera podido realizar con exactitud científica sin que los papas hubieran ordenado la construcción de un observatorio en el siglo XVI.

-Tampoco hoy en día 35 cráteres lunares llevarían nombres de jesuitas si la Iglesia no se hubiera implicado en la investigación científica del universo.

- Dos de los más grandes astrónomos de la historia eran sacerdotes. El Padre Angelo Secchi es considerado hoy en día un pionero del comienzo de la astrofísica y el sacerdote belga, Georges Lemaître, propuso una teoría sobre el universo en expansión, fundamento de la teoría del Big Bang.

-En la Biblioteca de Castelgandolfo, que agrupa unos 22.000 volúmenes, se encuentra una preciosa colección de libros antiguos con obras de Copérnico, Galileo, Newton, Kepler, Brahe, Clavio, Secchi. Disponen también de una de las más importantes colecciones de meteoritos del mundo.

Hagamos un poco de historia

En el año 1578 el papa Gregorio XIII ordenó la construcción de la llamada Torre de los Vientos, dentro de los jardines vaticanos, desde donde se realizaron minuciosas observaciones de la posición del Sol en el cielo, que facilitaron la posterior reforma del Calendario Gregoriano. Un encargo que recayó desde ese primer momento en los jesuitas astrónomos y matemáticos del Colegio Romano. León XIII, ya a finales del siglo XIX fundó el Observatorio de la colina vaticana, detrás de la Basílica de San Pedro. Desde allí se trabajó intensamente en la elaboración de un programa internacional de suma importancia: la Carta Fotográfica del cielo.

En estos momentos el Observatorio Vaticano recibe el nombre técnico de Specola Astronómica Vaticana y tiene su sede principal en la que fue residencia veraniega de los Papas, el Palacio de Castelgandolfo, a unos 25 kilómetros al sureste de Roma. El traslado desde el Vaticano hasta las nuevas instalaciones se hizo necesario porque hacia el año 1930 la contaminación lumínica que había en Roma no facilitaba la observación del cielo. Años después, este mismo problema se reprodujo en Castelgandolfo, por lo que tuvo que buscarse una nueva sede para que el grupo de científicos vaticanos pudiera seguir adelante con la investigación.

Hoy en día, el Vaticano cuenta con una segunda sede internacional en la Universidad de Arizona, en Estados Unidos. Se trata del observatorio Steward. Allí disponen también de un telescopio de tecnología avanzada, (VATT, por sus siglas en inglés), situado en el monte Graham. El personal del observatorio viaja constantemente de una a otra sede. En muchas ocasiones se recopilan datos en Arizona y se analizan los resultados en Castelgandolfo, que sigue siendo la sede principal. Allí, cada dos años se pone en marcha una escuela de verano para estudiantes de astronomía y tienen lugar congresos científicos de primer nivel.

Investigación puntera de relevancia internacional

El Observatorio desarrolla programas de investigación en colaboración con muchos institutos astronómicos internacionales y es miembro de la Unión Astronómica Internacional (IAU) y del Centro Internacional de Astrofísica Relativística (ICRA).

El subdirector de la Specola, el astrónomo jesuita Paul Mueller, señala a COPE que el trabajo que se realiza en Castelgandolfo implica años de dedicación de muchas personas, sin que aparentemente de mucho fruto a pesar de su importancia para investigaciones posteriores. Por ejemplo, medir las propiedades físicas de los meteoros, requiere gran inversión de horas y es necesario para la comunidad científica mundial, pero no se llevará premios ni probablemente será seleccionado como candidato a un premio nobel.

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Los resultados de las investigaciones realizadas se publican en revistas internacionales. El Informe Anual se envía a unos 400 institutos esparcidos por todo el mundo. Aproximadamente cada dos años se organizan encuentros internacionales a los que se invitan a científicos para tratar argumentos que son objeto de estudio del Observatorio, y cuyas actas se publican después en un volumen propio. En 1986, por primera vez se organizó en Castelgandolfo una escuela de verano de astronomía para estudiantes procedentes de varias partes del mundo.

El también astrónomo jesuita Sabino Maffeo, añade que en la Specula vaticana se han descubierto los llamados objetos astrofísicos masivos en la galaxia de Andrómeda. Y por ejemplo se ha llegado a localizar, medir y cuantificar un centenar de objetos más allá del planeta Neptuno

Los meteoritos del Vaticano

Pocos saben que en las instalaciones del Observatorio Astronómico de Castelgandolfo existen 150 kilos de material extraterrestre. Su colección de meteoritos es de las más importantes del mundo. Está formada por más de 1.500 piezas y fragmentos.

La historia de su procedencia es también curiosa. El Marqués de Mauroy, Adrien Charles, fue el artífice de esta colección. Era el vicepresidente de la Sociedad Francesa de Mineralogía y estaba tan entusiasmado con los meteoritos que llegó a poseer la mayor colección de Europa. Decidió donar al Vaticano unas 1000 piezas pertenecientes a unos 400 meteoritos. Poco a poco la colección fue completándose con nuevas adquisiciones.

Hace unos meses, en sus instalaciones se celebró el primer congreso internacional de “curadores” de meteoritos, al que acudieron expertos de todo el mundo.

El científico Stephen Hawking, “amigo” de los Papas

Otra curiosidad es que el científico británico Hawking era miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias de la Santa Sede, a pesar de ser ateo.

El primer Papa al que Hawking conoció fue Pablo VI en 1975, cuando el científico tenía 33 años, durante un encuentro de la Pontifica Academia de Ciencias. Existe una imagen en la que se observa cómo Pablo VI se arrodilla ante el astrofísico y su silla de ruedas para entregarle la medalla Pio XI por sus estudios de los agujeros negros. También conoció a Juan Pablo II y a Benedicto XVI. La última vez que estuvo en Vaticano fue en noviembre de 2016, en un encuentro con Francisco.

El mando de la Playstation con la que manejan uno de los telescopio

El mando de la Playstation con la que manejan uno de los telescopio

Próximamente en Castelgandolfo, se podrá ver las estrellas desde los telescopios de los Papas

Hasta ahora, en las visitas se podía observar el museo y ver dos de los telescopios, pero está previsto que pueda realizarse la observación de las estrellas con un telescopio fabricado que fue puntero en su momento, fabricado por los hermanos Paul y Prosper Henry en Francia.

Lo sorprendente es que los 4 telescopios de que dispone la Specula, a pesar de que se mueven manualmente, funcionan aún a la perfección. En uno de ellos utilizan un mando de Playstation puesto que han descubierto que su precisión es perfecta para manejar algunos comandos de este telescopio.

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