PRISIONES RUGBY
Grande-Marlaska apoya el Primer Torneo Nacional de Rugby Penitenciario
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha acudido este sábado al Primer Torneo Nacional de Rugby Penitenciario, que se ha celebrado en la Universidad Complutense de Madrid para poner en valor la práctica de este deporte en los centros penitenciarios.
Publicado el - Actualizado
1 min lectura
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha acudido este sábado al Primer Torneo Nacional de Rugby Penitenciario, que se ha celebrado en la Universidad Complutense de Madrid para poner en valor la práctica de este deporte en los centros penitenciarios.
En la competición han participado varios internos, exinternos, personas en situación de semilibertad y voluntarios en representación de los centros penitenciarios madrileños de Alcalá Meco y Estremera, de la prisión de Valladolid, de la El Dueso en Cantabria y de la de Zuera en Zaragoza, han informado a EFE fuentes de Instituciones Penitenciarias.
Veinticinco de los participantes cumplen condena actualmente en centros penitenciarios.
Marlaska ha asistido al torneo y ha entregado camisetas conmemorativas con la leyenda "Rugby para cambiar vidas" a los participantes, a quienes se ha dirigido para agradecer esta iniciativa, destacando la implicación de los internos y de todos los voluntarios y profesionales, tanto de Instituciones Penitenciarias como de las fundaciones organizadores, que hacen posible la práctica del rugby en las cárceles, han informado estas fuentes.
El ministro ha trasladado que el deporte es un instrumento muy poderoso para promover valores tan importantes como el respeto, la solidaridad y la disciplina, y por eso este tipo de programas tienen una enorme capacidad de transformación y pueden ser una herramienta muy útil para la reinserción, han indicado las fuentes.
El torneo está organizado por la Fundación Rugby Cisneros y la Fundación Santa Teresa, que fomentan esta iniciativa en las cárceles.
Las fuentes han precisado que el rugby en prisión comenzó en 2012 en la cárcel de Estremera, en la que lo propuso un funcionario de Instituciones Penitenciarias, y desde entonces otras organizaciones y fundaciones lo han ido trasladando a otros centros y creando equipos.