Sudán del Sur y Nigeria, donde comer es un lujo
Un informe de la ONU en el Día Mundial de la Alimentación indica que en estos países un plato cuesta más de lo que ingresan a diario sus habitantes
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Sudán del Sur y el nordeste de Nigeria son los dos lugares donde la gente menos puede permitirse un plato de comida, ya que le cuesta más de lo que gana, según un estudio del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
La agencia de la ONU publicó este lunes un índice por el Día Mundial de la Alimentación en el que evalúa a 82 países en desarrollo en función del porcentaje medio de ingresos diarios que tienen que dedicar sus habitantes para lograr un plato casero de 600 kilocalorías.
La lista está encabezada por segundo año por Sudán del Sur, país en guerra donde más difícil resulta hacerse con un plato sencillo como una sopa o un guiso con frijoles o lentejas, acompañado de un puñado de arroz o granos, agua y aceite.
Tomando como referencia el coste de 1,2 dólares que esos ingredientes tendrían para un neoyorquino (el 0,6 % de su paga diaria), un sursudanés necesitaría los ingresos de más de dos días para costearse algo similar, lo que en la ciudad de Nueva York equivaldría a pagar 348 dólares.
En el nordeste de Nigeria, otra zona sumida en una grave inestabilidad, una persona debería emplear los mismos esfuerzos que alguien que tuviera que pagar 222 euros por ese mismo plato en un país rico como Estados Unidos.
"En esos dos países africanos la gente debe gastar más del 100% de sus ingresos para comer, no tienen suficiente dinero al día para permitírselo", explicó el economista jefe del PMA, Arif Husain.
El especialista destacó que hay otros países como República Democrática del Congo o Yemen donde los ciudadanos gastan del 20 al 40 % de sus ingresos diarios para comprar un plato de comida.
La accesibilidad de alimentos se complica generalmente en los países afectados por conflictos y desastres naturales, que tienen "un problema mucho mayor en comparación con otros más estables", agregó Husain.
En muchos países en desarrollo, la situación mejoró en 2017 por el crecimiento económico, mayor estabilidad, mejores condiciones de cultivo o más asistencia humanitaria, si bien a menudo el coste relativo de los alimentos sigue siendo desproporcionado en relación con el ingreso.
Al margen de los países ricos, Perú es el país de la lista donde un plato de comida es más asequible (representa el 1,6 % del ingreso diario per cápita), seguido de Laos y Jordania.