Acuerdo positivo con un mal sistema

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El acuerdo entre el PP y el PSOE para renovar a los vocales del Consejo General del Poder Judicial tiene factores positivos aunque se asiente en una mala fórmula. Después de la crisis del impuesto de las hipotecas, y en vísperas del juicio a los líderes secesionistas, es muy importante que la justicia en España recupere cierta tranquilidad y prestigio institucional. Es una buena noticia que los dos partidos mayoritarios se hayan puesto de acuerdo en algo: una renovación antes de que acabara el plazo.

La designación de Manuel Marchena como presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, a propuesta del PP, ha supuesto una cesión por parte de la ministra de Justicia, Dolores Delgado. Marchena puede ser un hombre con más capacidad de gobierno que Carlos Lesmes. Cede el Gobierno a cambio de nombrar, con Podemos, a la mayoría de los magistrados, once de ellos.

Es un acuerdo que puede traer estabilidad y que supone que los dos partidos mayoritarios encuentran fórmulas de compromiso. Pero el sistema está viciado de origen. A pesar de que el PP en su momento defendió volver al sistema de los años 80, la elección de los vocales por los propios jueces, luego se corrigió y seguimos con un modelo partitocrático en el que las formaciones políticas se reparten en cuotas el gobierno de la justicia. No es un buen sistema.