J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Afganistán, replantear la estrategia

El nuevo atentado terrorista en Kabul, que ha sido reivindicado hoy por los talibanes, vuelve a poner encima de la mesa, con toda crueldad, la sinrazón de una guerra que se prolonga ya durante más de quince años, y que corre el peligro de caer en un olvido del que solo despertemos cada vez que haya un zarpazo terrorista como el de hoy. Esta vez han muerto 35 personas y 42 han sido heridas de diversa gravedad, tras lanzar un vehículo contra un autobús que transportaba a empleados del Ministerio de Minas. El objetivo era la residencia del líder de la comunidad hazara y miembro del Parlamento, Mohamed Moqaqeq. Los hazara son una minoría chiita marginada y perseguida en Afganistán, que cuenta con cerca de tres millones de personas y que ya sufrió un atentado similar hace justamente un año, en el primer atentado reivindicado por el denominado Estado Islámico en la capital afgana. El atentado de hoy refleja lo que significaría para la población afgana que los talibanes recuperasen el control de ese país. Además el riesgo de que el radicalismo islamista se haga fuerte y se expanda a otros lugares es real. El anhelado futuro de estabilidad y paz para Afganistán está muy lejos de ser una realidad, y la Comunidad Internacional, que no puede abandonar a los afganos, quizás debería replantear su estrategia integral allí.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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