Aquisgrán, un tratado para ser más Europa

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Como si se tratara de una renovación del Tratado del Elíseo que firmaron Adenauer y De Gaulle en 1963, la canciller Merkel y el presidente Macron han rubricado en Aquisgrán un acuerdo para reforzar las relaciones bilaterales y enviar un gesto claro de que el futuro no pasa por el repliegue ni por las aventuras políticas que solo se miran el ombligo. Aquel Tratado del Elíseo se firmaba hace algo más de medio siglo sobre los rescoldos y las heridas aún abiertas de la II Guerra Mundial. Es cierto que hoy el escenario no es el mismo, pero en pleno tsunami por el Brexit, el auge de populismos y nacionalismos, y a las puertas de unas elecciones al Parlamento Europeo, la firma tiene un indudable valor simbólico, con un pacto entre países que han librado durante siglos enfrentamientos dramáticos.

Por eso el nuevo tratado se ha querido escenificar sobre el escenario de Aquisgrán, la capital de Carlomagno y del primer proyecto que aunaba en pacífica convivencia a los pueblos europeos. Un nuevo acuerdo que, en palabras Merkel, quiere consolidar aquellos fundamentos y mirar al futuro para emprender proyectos conjuntos sobre temas tan candentes como la política exterior, la defensa común, la integración económica o la política ambiental. Aquisgrán se presenta como toda una declaración de intenciones por parte de Francia y Alemania, una hoja de ruta para ser más Europa y para serlo mejor.