Madrid - Publicado el - Actualizado
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En el discurso del Rey con motivo de la Navidad hay una redundancia que es muy oportuna: al referirse a la tarea que tiene por delante el Parlament de Cataluña, Felipe VI hace una invitación a tener en cuenta “el bien común de todos”. Estamos en un momento en el que es necesario caer en la cuenta de que a todos nos une un bien que compartimos. El Rey ha tenido el acierto de recordarnos la experiencia que hemos vivido en los últimos meses: “el enfrentamiento o la exclusión solo generan discordia, incertidumbre, desánimo y empobrecimiento moral, cívico y económico”.
Frente a esa situación, los políticos tienen la tarea de contribuir a una forma de convivencia en la que “las ideas no distancien ni separen a las familias y a los amigos”. Esta forma de convivencia no es solo un buen deseo, como recordaba el Rey. Los catalanes y el resto de los españoles también tenemos experiencia de una convivencia con “espíritu creativo y vocación de apertura, voluntad de compromiso y sentido de responsabilidad”.
Para eso es necesario que “confiemos en lo que nos ha unido”. Después de las heridas que se han abierto en los últimos meses, somos más conscientes de que hay ideas, y hay formas de defenderlas, que separan. Somos más conscientes de que la convivencia cívica y el bien común de todos es el tribunal ante el que tienen que comparecer los partidos y las ideas. Porque la realidad, la que todos compartimos, es siempre superior a las ideas.