Cómo detener la locura venezolana

El gobierno venezolano se dispone a consumar su proyecto totalitario con la elección de delegados para una Asamblea Constituyente que solo busca suprimir cualquier resto de democracia en la legalidad chavista vigente. Nicolás Maduro ha desoído todos los llamamientos desde la Iglesia y desde el resto de América Latina a buscar una salida pacífica y dialogada a la profunda crisis a la que el propio régimen ha conducido al país. La falta de alimentos y medicinas, unida al clima de violencia que se ha adueñado del país, ha provocado que la población dé la espalda al gobierno.Pero en lugar de reconocer sus errores, Maduro ha emprendido una persecución de los líderes opositores democráticamente elegidos y de los funcionarios que se han atrevido a disentir de los excesos del régimen. Y lo que es aún más peligroso: ha armado a grupos afines que actúan con total impunidad. La violencia durante las protestas de los últimos 3 meses, con un saldo de más de 100 muertos, amenaza con quedarse en nada en comparación con lo que ahora podría ocurrir. Una de las pocas esperanzas que quedan es una reacción desde dentro del propio régimen que detenga esta locura. Pero mientras esa reacción no se produzca, es necesaria una presión internacional concertada e inteligente, que no añada más sufrimientos para el pueblo venezolano ni permita al régimen adoptar una actitud victimista.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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