J.L. Restán | Línea Editorial

La Defensa Común Europea se pone en marcha

Los desafíos que se presentan en un escenario internacional en constante cambio son muchos.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Veintitrés países de la Unión Europea han dado un primer paso para empezar a levantar el edificio de la defensa común europea, un tema trascendental que hasta hace poco tiempo parecía intocable, y que ahora se ha acelerado de forma notable con el liderazgo que han asumido Francia, Alemania, Italia y España. Esto se explica porque el Reino Unido vetaba la cuestión, y por la inestabilidad en las fronteras exteriores, con nuevas amenazas y retos para la seguridad hasta hace poco insospechados. Los países firmantes se comprometen a aumentar sus presupuestos de defensa y a elaborar una serie de proyectos concretos que se articulen en torno a una estructura suficientemente flexible para permitir que se vayan incorporando nuevos miembros al acuerdo.

En estos momentos ya hay tres operaciones no armadas en África, activadas por el Estado Mayor europeo y se está preparando desde la Comisión la base legislativa para un futuro presupuesto militar europeo. Los desafíos que se presentan en un escenario internacional en constante cambio son muchos. Las llamadas nuevas tecnologías requieren también de una formación y actualización permanentes en este ámbito y no sirve escudarse en viejos prejuicios ideológicos para no abordar una cuestión tan sensible. Existe la obligación moral de trabajar en pos de una mayor y mejor seguridad para todos. Trabajar de forma más coordinada para una mejor integración, que vaya más allá de la mera unión económica, es un sueño de los padres fundadores, un sueño valiente en cuyo horizonte siempre estuvo una Europa unida y concorde, una comunidad real de pueblos que desean compartir un destino de desarrollo y de paz.