El desafío de los jóvenes y las vocaciones en la Iglesia

Los obispos españoles están reunidos esta semana en la Asamblea Plenaria de primavera, marcada por el protagonismo eclesial que, este año de manera particular, tienen los jóvenes. Precisamente a los jóvenes se refirió el Cardenal Blázquez en el discurso de apertura de la Asamblea, al preguntarse por qué muchos, sin motivo personal conocido, se distancian de la participación en la vida de la Iglesia y plantear el reto que supone ese distanciamiento. En el enunciado del tema del próximo Sínodo, hay una referencia explícita a la vocación. En esa franja de edad se descubre, madura y decide personalmente la vocación de la vida, por eso uno de los mejores servicios que se puede prestar a los jóvenes es acompañarles en y el discernimiento vocacional.

El Presidente de la CEE no ha puesto paños calientes. La Iglesia sufre en España una importante escasez de vocaciones al ministerio sacerdotal, y existe el riesgo de buscar soluciones improvisadas o atajos arriesgados. La cuestión de las vocaciones sacerdotales concierne a toda la comunidad cristiana y reclama el cimiento de una sólida iniciación y una vida comunitaria rica de fe y caridad. Son las familias cristianas, las comunidades vivas y los testimonios sacerdotales atractivos, los que permitirán a los jóvenes atravesar el enfriamiento que propicia el ambiente y la secularización que atraviesa todos los ámbitos de nuestra sociedad.