J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Dignidad de la persona y derechos humanos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura

En su última jornada en Colombia, el Papa Francisco ha clamado por la dignidad de la persona y los derechos humanos en un lugar especialmente significativo para ello: Cartagena de Indias, que es en Colombia la sede de los Derechos Humanos, porque allí como pueblo se valora que, gracias al equipo misionero formado, entre otros, por el jesuita san Pedro Claver, naciera, en pleno siglo XVII, la preocupación por aliviar la situación de los oprimidos de la época, en especial la de los esclavos.

Como ha dicho el Papa, en el santuario de san Pedro Claver la palabra de Dios nos ha hablado este domingo de perdón, de corrección, de comunidad y de oración; cuatro ejes que han vertebrado el viaje de Francisco a Colombia; unas intensas jornadas que han transitado por los caminos de pacificación y de la primacía de la razón sobre la venganza.

El camino de reinserción en la comunidad ha de comenzar necesariamente con el diálogo de las partes implicadas y exige generar un profundo cambio cultural: el que responde con la cultura de la vida y del encuentro a una cultura de la muerte y de la violencia. No es posible convivir en paz sin hacer nada con aquello que corrompe la vida y atenta contra ella. Si Colombia quiere una paz estable y duradera debe desatar los nudos de la violencia y desenredar la compleja madeja de los desencuentros, dando un primer paso, hablando más con las manos y las obras que con las palabras, y caminando en la dirección del bien común, de la equidad, de la justicia y del respeto de la naturaleza humana y sus exigencias.