J.L Restán | Línea Editorial
Estabilidad alemana y europea
Ni Europa ni Alemania se pueden permitir un periodo de incertidumbre ni un ejecutivo débil ante los retos del inmediato futuro.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Europa tiene puesta su atención en lo que está ocurriendo en Alemania. Allí, su presidente, Frank Steinmeier ha iniciado una ronda de consultas con las principales formaciones políticas, comenzando por los representantes del Partido Liberal y los Verdes para concluir con el líder socialdemócrata en orden a explorar la posibilidad real de formar un nuevo gobierno, tras el fracaso de los intentos realizados por la Canciller Merkel.
Ni Europa ni Alemania se pueden permitir un periodo de incertidumbre ni un ejecutivo débil ante los retos del inmediato futuro. El bloqueo actual genera cierto nerviosismo, quizá porque Alemania nos ha acostumbrado a la estabilidad y el rigor desde la postguerra. El resultado de las elecciones del pasado 24 de septiembre hace difícil componer una mayoría gubernamental y Merkel está intentando lo que se ha dado en llamar la coalición Jamaica, formada por democristianos, liberales y verdes. Por desgracia ha sido imposible el acuerdo, pero el Presidente Federal está reclamando a los partidos que asuman su responsabilidad histórica en pos del bien común.
Además hay que lamentar, aunque sea un signo de los actuales tiempos políticos, que la cuestión migratoria sea uno de los principales escollos que está impidiendo que los liberales muestren una mayor voluntad de acuerdo, porque se sienten amenazados por el populismo de la extrema derecha. El asunto nos concierne a todos, porque la estabilidad de Alemania es condición de la estabilidad de Europa.