LÍNEA EDITORIAL

No estáis solos

Es posible sostener argumentos a favor y en contra de la prisión permanente revisable. Lo que no es de recibo es hacer demagogia y buscar réditos electorales con una cuestión tan seria

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Tras el bochornoso espectáculo que tuvo lugar en la sesión del Congreso de los Diputados de la semana pasada, los familiares de menores víctimas de muertes violentas han vuelto a salir a la calle para exigir que no se derogue la prisión permanente revisable. Miles de personas se han concentrado este domingo en Huelva al grito de “No estáis solos” en un acto cargado de emoción, en el que tomaron la palabra padres, madres y abuelos de algunas víctimas recordadas por todos, como, Diana Quer, Ruth y José, Marta del Castillo o Mari Luz Cortes. Precisamente el padre de Mari Luz, Juan Jose Cortés ha agradecido el apoyo multitudinario que les está llegando desde toda España.

Como ha destacado la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, presente en la multitudinaria concentración, la fortaleza moral de los familiares de las víctimas en encomiable. Defienden una causa que, por desgracia, les ha tocado muy de cerca, y lo hacen pensando no solo en ellos sino en todos los españoles. Contra lo que vienen sosteniendo algunos grupos políticos, la prisión permanente revisable no busca venganza ni es una cadena perpetua encubierta. Solo puede imponerse actualmente en casos de extrema gravedad y España no es ninguna excepción en una norma que, por ejemplo, está vigente en todos los países de la Unión Europea menos Portugal y Croacia.

Es posible sostener argumentos a favor y en contra de la prisión permanente revisable. Lo que no es de recibo es hacer demagogia y buscar réditos electorales con una cuestión tan seria. Quienes tanto se jactan de ser partidos que escuchan a la gente, deberían al menos escuchar el clamor de la calle y dejar de simplificar un debate complejo que exige generosidad y altura de miras para hallar el equilibrio entre el valor de la reinserción y reeducación social hacia las que deben estar orientadas siempre las penas, y la garantía de que quienes no estén rehabilitados, no salgan de prisión.