LÍNEA EDITORIAL

La familia, 'el santuario de la vida'

"Abundan también los testimonios de familias que se vuelcan con quienes nacen con una discapacidad o sufren lesiones y enfermedades a lo largo de su vida"

José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

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Cada persona es única e insustituible. Esta es una idea central en el mensaje de los obispos para la jornada por la vida, que se celebra mañana. Ese valor incondicional de toda vida es presentado como fundamento para una sociedad sana que mira con esperanza al futuro, frente a corrientes culturales que condicionan su valor a un criterio tan ambiguo como es la calidad de vida, cuando no simplemente a la comodidad o la conveniencia para terceras personas. La familia, dicen los obispos, es la mejor escuela y el mejor antídoto frente a esa mentalidad tan peligrosa. Es en la familia donde la persona es amada incondicionalmente, y por eso la respuesta natural de una familia es celebrar cada nueva vida, aunque llegue de forma inesperada o el momento no sea el más conveniente.

Abundan también los testimonios de familias que se vuelcan con quienes nacen con una discapacidad o sufren lesiones y enfermedades a lo largo de su vida. Y son frecuentes las historias de entrega y generosidad en las familias para cuidar a sus miembros mayores. «A veces las circunstancias laborales, económicas, el tamaño de las viviendas y otras situaciones lo pueden hacer complicado», reconocen los obispos, que piden un mayor reconocimiento a esta labor y más ayudas públicas. Pero la experiencia demuestra también que estas familias son más sólidas y felices. Si la protección de los más débiles es un rasgo que define lo humano, el entorno privilegiado para estos cuidados es la familia, por lo que no exageran los obispos cuando la llaman «el santuario de la vida».