Felicidades a la Guardia Civil

En 1844 el Duque de Ahumada creaba la Guardia Civil como un “cuerpo especial de fuerza armada de Infantería y Caballería”, con el objetivo de “proteger eficazmente las personas y las propiedades”, en un momento histórico que identificamos con el apogeo del pillaje y el bandolerismo en España. Los candidatos debían tener entre 25 y 45 años, saber leer y escribir, que en una España con altas tasas de analfabetismo era un requisito muy exigente, y tener una inmaculada hoja de servicios en el Ejército.

Desde entonces el testimonio de la Guardia Civil, que sus miembros entienden a menudo como una auténtica forma de vida, ha mantenido sus señas de identidad en su fidelidad y servicio a España. Con el honor como su principal divisa, como recoge su lema, la Guardia Civil ha venido sirviendo a España de manera ejemplar desde hace 175 años.

En ese servicio no podemos olvidar que ha sido duramente golpeada, especialmente por el terrorismo de ETA, pero también ha celebrado las alegrías de todos y ha estado presente en los momentos más duros de nuestra historia reciente, echando una mano y prestando un hombro que sirviera de consuelo. A los guardias civiles los encontramos en la carretera, ayudando en medio de catástrofes naturales, y protegiendo la convivencia en nuestros pueblos con una entrega encomiable. Es el momento de reconocer su gran servicio prestado desde la obediencia, la disciplina y el honor, que lejos de ser cuestiones pasadas de moda, resultan esenciales para el verdadero progreso, el bien común y la convivencia en democracia.