'Línea Editorial'

La guerra que no se acaba

El régimen de Bachar al Assad ha lanzado en los últimos días una nueva ofensiva, con apoyo de Rusia, que ha provocado numerosos daños entre la población.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El ataque este fin de semana de Israel a posiciones iraníes en Siria y la respuesta del ejército del presidente Assad abre un nuevo frente de incertidumbre en una guerra que dura demasiado. En los últimos siete años han muerto más de 400.000 personas y más de cinco millones han perdido sus casas. Aunque en la práctica el Daesh ha sido ya derrotado, todavía persisten importantes bolsas de yihadismo junto a Damasco y en la provincia de Ibllid. El régimen de Bachar al Assad ha lanzado en los últimos días una nueva ofensiva, con apoyo de Rusia, que ha provocado numerosos daños entre la población.

Durante las últimas semanas, en el noroeste se ha abierto un nuevo punto de fricción. En la región de Afrin, Turquía está llevando a cabo incursiones que intentan evitar el control de ciertas zonas por parte de los kurdos. Los kurdos han sido decisivos en la derrota del Daesh y cuentan con el apoyo de Estados Unidos. Dos aliados de la OTAN, Turquía y Estados Unidos, se encuentran en bandos diferentes. Algo similar sucede en el noreste, donde Rusia y Estados Unidos se encuentran enfrentados por el apoyo del primero al régimen sirio y del segundo a los kurdos.

Las incursiones de Israel responden a su temor a que la posguerra pueda consolidar un eje chiita que vaya desde el sur del Líbano, hasta Irán, pasando por Siria e Iraq. Estos juegos de geopolítica, en los que Occidente no ha sabido marcar una posición clara, provocan un enorme sufrimiento de la gente sencilla, que ve como la paz vuelve alejarse una vez más.