Inquietante inestabilidad en Mali

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Desde la ya lejana guerra de Biafra, en los comienzos de la descolonización de África, el vecino continente es objeto de permanentes choques étnicos y religiosos a los que se une la actividad sangrienta de las guerrillas yihadistas y de milicias armadas de diverso signo. La última y sobrecogedora noticia nos llega del centro de Mali, donde la aldea de Sobane, de mayoría cristiana, ha sido devastada por un grupo terrorista que ha dejado tras de sí alrededor de treinta y cinco muertos. Aún no se sabe con certeza quienes han sido los culpables. Lo mismo se baraja la posibilidad de un venganza étnica de peules contra dogons, que un nuevo ataque de yihadistas llegados del norte, al abrigo de las diferencias tribales.

Los dogones, de mayoría cristiana y animista, asentados en el centro de Mali, están enfrentados desde hace tiempo con los trashumantes peules por cuestiones de cultivo de tierras. En todo esto brillan por su ausencia las fuerzas de seguridad malienses, ocupadas en contener los avances del yihadismo islamista, con ayuda del contingente militar internacional en el que figura España. La inestabilidad de Mali es solo un ejemplo de la espiral de inquietudes que se extiende por toda África Occidental, donde el hambre, el terrorismo yihadista y los choques étnicos forman un cóctel explosivo de consecuencias nada imprevisibles.