LÍNEA EDITORIAL

Inútil derramamiento de sangre en Nicaragua

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura

La situación social en Nicaragua empeora cada día que pasa. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, una institución independiente del Gobierno, habla ya de 25 muertos y 64 heridos en los últimos días. Desde el miércoles, la situación de tensión social por las protestas en la calle y por la brutal respuesta del Ejército no ha hecho más que empeorar. La gota que ha colmado el vaso ha sido la protesta ciudadana ante una reforma del Seguro Social, pero la situación de inestabilidad, corrupción y miseria viene de lejos. Desde que hace dos años, Daniel Ortega fuera reelegido por cuarta vez en una farsa de elecciones, Nicaragua no ha tenido más que una nueva receta de populismo de inspiración chavista. Los males endémicos del país, se han agravado. En el escenario internacional, apenas aparece alguna voz de vez en cuando apelando a la necesidad de respetar los derechos humanos y de mantener las formas democráticas. Poca cosa para un país que ha quedado en el olvido, que es uno de los más pobres de Latinoamérica, y que cuenta con una enorme fractura social, con la mayoría de la población, sostenida y anestesiada en su miseria por las redes del clientelismo populista. El Papa Francisco ha mostrado su preocupación este domingo y se ha unido a la oración de los obispos nicaragüenses, que han alzado la voz pidiéndole al Gobierno que demuestre un poco de sensatez y que deje de usar grupos violentos contra la población que tiene derecho a la protesta justa. Ojalá sea así, que las cuestiones abiertas sean resueltas pacíficamente y con sentido de la responsabilidad, y que se evite, por el bien de todos, un inútil derramamiento de sangre.