LÍNEA EDITORIAL
Lavapiés y su trasfondo
Las noticias que ayer por la noche circularon por las redes sociales acerca de la muerte de un ciudadano senegalés en el barrio de Lavapiés han generado un preocupante estallido de violencia en este barrio madrileño.
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Las noticias que ayer por la noche circularon por las redes sociales acerca de la muerte de un ciudadano senegalés en el barrio de Lavapiés han generado un preocupante estallido de violencia en este barrio madrileño. Según las primeras versiones un joven mantero había fallecido víctima de un infarto tras una persecución policial. Inmediatamente, algunas de las calles del centro de Madrid fueron ocupadas por grupos de jóvenes, y no tan jóvenes, que desarrollaron una verdadera guerrilla urbana con incendios, saqueos y duros enfrentamientos con la policía. Estamos ante una violencia perfectamente diseñada, que no duda en explotar las heridas sociales para sus fines políticos.
La luz del día ha permitido ir aclarando los hechos que rodean la muerte del joven senegalés. Lo que es más difícil es la gestión del día a día en un barrio en el que la falta de inclusión social, la precariedad en el empleo y las situaciones de irregularidad administrativa afectan a un destacado número de personas. El problema va mucho más allá de la venta ilegal en la calle.
Lo sucedido ayer es un toque de atención para todos. Es preciso vigilar y denunciar la violencia disfrazada de pretextos sociales, pero también afrontar el desafío de la inclusión. Una tarea que reclama a las instituciones, a las organizaciones sociales y a las comunidades religiosas, para lograr una ciudad verdaderamente humana.