Llamados a ser artesanos de la paz

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Antes de poner rumbo a Macedonia del Norte, el Papa Francisco ha concluido su última jornada del viaje a Bulgaria con una visita a un Centro de Refugiados, una Misa en la que han tomado la Primera Comunión 245 niños en la ciudad de Rakovsky, y con la celebración de una Oración por la Paz junto a representantes de diferentes confesiones religiosas en Sofía.

Francisco ha señalado que, desde la plaza en que se celebraba esta oración, pueden contemplarse las catedrales ortodoxa y católica, la sinagoga de nuestros hermanos mayores, los judíos; la mezquita de nuestros hermanos musulmanes y la iglesia de los armenios. Se trata de un lugar simbólico que representa la convivencia en paz de las confesiones religiosas en Bulgaria.

Siguiendo las huellas de san Francisco de Asís, el Papa ha invitado una vez más a no ser meros espectadores, sino a empeñarnos en la tarea de ser constructores y artesanos de la paz, que no puede darse por supuesta ni es mera ausencia de guerra; la paz es don y tarea, y reclama y pide que hagamos del diálogo un camino, de la colaboración común nuestra conducta y del conocimiento recíproco método y criterio para encontrarnos en lo que nos une, respetarnos en lo que nos separa y animarnos a mirar el mañana como un espacio de oportunidad y dignidad, especialmente para las generaciones que vendrán. La memoria de San Juan XXIII y de su encíclica Pacem in Terris han marcado profundamente la primera etapa de este viaje.