Madrid - Publicado el - Actualizado
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El proyecto Ciudad don Bosco de Medellín es un ejemplo perfecto de la situación en Colombia, país que ha avanzado pasos de gigante hacia la paz en los últimos años, pero que aún tiene una tarea extremadamente complicada por delante. El director del centro, el salesiano Rafael Bejarano, ofreció ayer en La Tarde de COPE un impactante testimonio sobre cómo han reinsertado a unos 2.500 adolescentes que luchaban en las filas de la guerrilla. Dejaron las armas, muchos sin saber leer ni escribir, para emprender una nueva vida y aprender un oficio. Especialmente emotivos fueron los primeros reencuentros con sus familiares. Pero ahora a estos chicos les toca volver a sus lugares de origen. Están listos.
El problema es que la sociedad les mira con sospecha. A pocos meses de que se celebren elecciones en Colombia, la opinión pública se encuentra fuertemente polarizada, después de más de 50 años de conflicto con las FARC que han dejado unos 220.000 muertos. Testimonios como el de Ciudad Don Bosco muestran, sin embargo, que es posible un futuro de paz en Colombia. De ahí la importancia de reconocimientos como el del Consejo General de la Abogacía, que ayer entregó uno de sus premios por la defensa de los derechos humanos a los salesianos de Medellín. Dificultades no les van a faltar, pero saben que mucha gente admira y pone sus esperanzas en la labor que realizan.