J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Mejor evitar el radicalismo que detectarlo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Consejería de Educación de la Generalitat ha anunciado que va a revisar sus protocolos para mejorar la detección del radicalismo yihadista. Sin duda es necesario y puede ser de ayuda. Uno de los aspectos que más nos ha llamado la atención de los ataques de este verano es que los terroristas fueran conocidos en los servicios sociales. Pero además de detectar a los radicalizados, la escuela debiera ser un lugar que ayudara a evitar el vacío que da lugar a la radicalización y al yihadismo.

La discusión es muy intensa en torno a qué información recibieron o no recibieron las policías, a qué decisiones tomaron con la información recibida. Es sin duda un debate importante. Pero estamos hablando poco de la cuestión de fondo: ¿por qué unos jóvenes, casi adolescentes, que hablan nuestra lengua, y que no son marginales, deciden apostar por la violencia?

Son jóvenes que han roto con la tradición familiar, ya no siguen el islam heredado de sus padres y sí siguen los delirios de un imán que se ha autoproclamado como tal y que viene del mundo de la delincuencia común. La escuela, como la familia y el conjunto de la sociedad, tienen la grave responsabilidad de ofrecer hipótesis de sentido, capaces de afrontar el contexto de la postmodernidad, a estos jóvenes. Si no existen propuestas de sentido, se produce un vacío, que se llena en algunos casos con la violencia. De esto deberíamos hablar mucho más.