Nueva ofensa amparada por el Ayuntamiento de Madrid

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Ayuntamiento de Madrid se ve involucrado en una nueva polémica, en esta ocasión por la programación en las Naves de Matadero de una obra blasfema titulada “Dios tiene vagina”. Llueve sobre mojado. La ofensa, que sería igual de gratuita y criticable si afectara a otros colectivos, afecta otra vez a las convicciones y sentimientos de los católicos. Por eso no tienen consistencia los argumentos esgrimidos por el Ayuntamiento cuando habla de aconfesionalidad del Estado y de libertad creativa de los artistas. La libertad de expresión también tiene sus límites, recogidos en el artículo 20 de la Constitución, la misma Carta Magna que, en el artículo 16, concede un lugar preeminente a la protección del derecho a la libertad ideológica, religiosa y de culto. El abanico legal se completa con el delito de ofensa contra los sentimientos religiosos, que recoge nuestro Código Penal en sus artículos 524 y 525.

Pero aunque no hubiera causa legal, y los tribunales, en el siempre difícil equilibrio entre derechos fundamentales, terminaran por no apreciar delito, no podemos acostumbrarnos al envilecimiento moral, promovido además desde las instituciones públicas. No existe el derecho a ofender. Estamos ante un ejercicio tosco y vulgar que debe hacernos reflexionar como sociedad. La cultura debe abrir perspectivas y promover el diálogo, porque entiende al que es diferente como alguien con quien encontrarse y no como un enemigo, del que estaría permitido hacer chanza y escarnio, ofendiéndole en sus sentimientos más íntimos.