Operación Iceta
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Sánchez ha anunciado un primer movimiento de calado en la legislatura: proponer al líder del PSC, Miquel Iceta, para presidir el Senado, la Cámara llamada a encauzar el debate territorial, de la que depende la aplicación del artículo 155 de la Constitución en caso de que fuese nuevamente necesario.
Para colocar a Iceta en la cuarta magistratura del Estado, es necesario primero que el Parlamento de Cataluña le elija como senador, y para ello sería necesario el acuerdo con los grupos independentistas, JpC y ERC. Tratándose de Iceta podríamos decir que “empieza el baile”. Con esta jugada empieza un sinfín de transacciones entre Sánchez y los independentistas. El mensaje del futuro Presidente es claro: con Iceta al frente del Senado queda despejado del horizonte un nuevo “155” para Cataluña. Y cabe preguntarse: ¿será así, pase lo que pase?
Sánchez avanza por la vía del diálogo con el independentismo, el problema es que lo hace sin que éste haya abandonado sus objetivos ni aceptado la legalidad constitucional. En realidad el propio Iceta es el autor de la estrategia: primero descompresión, después indultos y, en el horizonte de una década, la posibilidad de un referéndum pactado. Entre medias una posible reforma constitucional en clave plurinacional. A cambio, Sánchez se asegura el apoyo de ERC y JpC para la legislatura.
Es el triunfo de la táctica y del regateo frente a lo sustantivo del problema. Para afrontar la “cuestión catalana” Sánchez prefiere bailar en el alambre con los que intentaron un golpe de Estado antes que pactar su estrategia con los constitucionalistas. Y parece que no le va mal. Ahí está el drama.