La peligrosa estrategia de agitar la calle

Los independentistas más radicales han decidido agitar de nuevo la calle en Cataluña, tomando esta vez como disculpa la detención de Carles Puigdemont. Los conocidos como Comités de Defensa de la República, sostenidos por grupos antisistema, particularmente próximos a la CUP, vuelven a la carga violenta cortando carreteras y calles, y amenazando a quienes no piensan como ellos. No son muchos, en comparación con la cantidad de gente de bien que en Cataluña ha mostrado su hartazgo ante la deriva callejera y revolucionaria de quienes se jactan de estar por encima de la ley. Pero sí son peligrosos, tanto ellos como quienes desde la política les avalan con el aplauso o el silencio.

El jefe de los Mossos ha tomado la iniciativa y ha advertido al Presidente del Parlament del giro violento que han dado los acontecimientos y de lo que es aún más preocupante, la perspectiva futura que pueden tomar. Haría bien Torrent en contribuir a la tranquilidad con sus dichos y sus hechos. Representa a todos los catalanes, no solo a la minoría independentista. A Cataluña estos meses del llamado "Procés" ya le han pasado una factura social y económica demasiado cara. Convendría recuperar el sentido común desde las instituciones, y que se hiciera un llamamiento general a la calma. Es urgente enviar a los violentos el mensaje nítido de que las algaradas no cuentan con ningún tipo de legitimación social.