LÍNEA EDITORIAL

Un plan para ganar las elecciones

Sánchez se muestra ambiguo con la cuestión territorial y es cauto, por el momento, con cuestiones como la reforma laboral

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Este domingo hemos conocido, por primera vez en boca de Pedro Sánchez, cuál es la hoja de ruta del peculiar Gobierno salido de la moción de censura. Después de rehuir hasta ahora casi todas las ocasiones para hablar ante la opinión pública, el Presidente Sánchez se ha explayado, con el viento a favor, en el diario El País, para desvelar buena parte del plan que el Ejecutivo socialista va a acometer en los próximos meses.

Han saltado definitivamente por los aires aquellas promesas en las que dejaba claro que había algunas fuerzas políticas con las que nunca iría de la mano y que convocaría elecciones cuanto antes. Donde dijo digo, Sánchez dice ahora Diego y afirma que necesita a Podemos para cambiar España o que trabaja con el escenario de convocar elecciones generales para 2020.

Sánchez se muestra ambiguo con la cuestión territorial y es cauto, por el momento, con cuestiones como la reforma laboral, que necesitaría según él solo algunos retoques, pero desatado en lo que se refiere a las medidas clave para la particular ingeniería social que tiene entre ceja y ceja. Así se explican, por ejemplo, algunas medidas que se presentan como demandas generalizadas de los ciudadanos, que en realidad no lo son, y que parecen más una cuestión cosmética, trufada de un marcado revisionismo ideológico. Nadie puede creerse que lo que más necesiten y demanden los españoles en este momento sea una ley de eutanasia o sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos. Pueden ser, sin embargo, medidas efectistas y efectivas entre un cierto sector de la población, de cara a una larga campaña electoral en la que, sorprendentemente, ya parece que hemos entrado, cuando el nuevo Gobierno apenas ha echado a andar.