LÍNEA EDITORIAL

J. L. Restán: 'El burlador burlado'

La política, especialmente en situaciones complejas como la que vivimos en España, requiere prodigios de habilidad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La política, especialmente en situaciones complejas como la que vivimos en España, requiere prodigios de habilidad. Puigdemont y los suyos creían que su última reunión en Bruselas les situaba en una posición dominante porque nadie les podía ganar en picardía. Hoy se han levantado con una sorpresa inesperada. Rajoy no había desvelado su jugada cuando le preguntaron si el Gobierno iba a mover ficha. Hoy se han descubierto las cartas. El gobierno de España, con el beneplácito del líder de la oposición, ya ha consultado al Consejo de Estado acerca de la delegación del voto de los exconsejeros que están fuera de España, así como sobre la investidura de un candidato no presente en el hemiciclo. El Ejecutivo español utiliza la disuasión como arma preventiva al anunciar las consecuencias inmediatas que tendría el hecho de que el presidente de la Mesa del Parlament de Cataluña decidiera presentar la candidatura de Puigdemont.

A partir de ahora, si de lo que se trata es de tener un Gobierno efectivo, como ha dicho Torrent, todos están avisados: Puigdemont no entra en las quinielas. Su candidatura no solo es recurrible ante el Constitucional, sino que es una pérdida de tiempo que solo dilata la vigencia del artículo 155. Sin duda ERC saldrá beneficiada de este proceso y con la lección aprendida. El Estado no solo ha perdido el miedo, sino que se sabe ganador en este asunto.