Línea Editorial 06/12/23

Revitalizar el pacto del 78

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Constitución española cumple 45 años. Fijar la mirada en el 6 de diciembre de 1978 debería ayudar a los españoles a tomar plena conciencia no solo del camino recorrido, sino del punto de partida desde el que había arrancado el proceso de transición a la democracia. No es posible pensar la Constitución del 78 al margen de la convulsa historia española de los años treinta, de las enormes dificultades para integrar el pluralismo de las ideas en las instituciones políticas, de la Guerra Civil y de los cuarenta años de dictadura. De la misma manera que no es posible pensar en el referéndum del 78 olvidando las enormes dificultades que, desde noviembre del 75, habían conseguido vencer la Corona, las fuerzas políticas y la ciudadanía.

Conscientes de esa historia de desencuentros, demasiadas veces sangrientos, fue posible suscribir un pacto que permitiera establecer un marco de convivencia democrático. La Constitución del 78 no es heredera de la dictadura porque no es el triunfo de unos sobre otros. Es el fruto de un pacto cívico basado en la reconciliación. ¿A qué intereses sirven quienes hoy quieren socavar las bases de ese pacto? ¿Qué principios y valores orientan la acción política de quienes buscan vaciarlo de contenido? ¿Por qué hay partidos empeñados en banalizar la estabilidad política propia de un ordenamiento constitucional democrático como el español?

Las instituciones políticas y jurídicas permiten la continuidad necesaria, evitan los saltos en el vacío y garantizan el ejercicio ordenado de los derechos y sus respectivos deberes. Hay que revitalizar el pacto suscrito en 1978. Y hay que hacerlo, desde la Corona hasta la última institución del Estado, con la conciencia clara de que el primer y más firme aliado del régimen del 78 es precisamente la sociedad española.