LÍNEA EDITORIAL

Situación crítica en Nicaragua

Desde que hace poco más de un mes, miles de nicaragüenses se echaran a las calles para protestar contra la reforma del sistema de pensiones, la situación en el pequeño país centroamericano no ha hecho más que empeorar

José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

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Desde que hace poco más de un mes, miles de nicaragüenses se echaran a las calles para protestar contra la reforma del sistema de pensiones, la situación en el pequeño país centroamericano no ha hecho más que empeorar. En estos últimos días se han reavivado los enfrentamientos, que dejan ya la cifra de 53 personas muertas desde que comenzaran los disturbios.

Mientras el Ejecutivo de Ortega pone buenas palabras encima de la mesa, sigue dando órdenes para recrudecer la represión en la calle. Las protestas ciudadanas, más que contra una determinada política social del Gobierno, son en realidad una manifestación de hartazgo contra el régimen sandinista, que, con la eterna excusa de liberar a los oprimidos, ha acabado por atropellar los derechos fundamentales y las libertades a su antojo. El propio Ejército ha declarado que no piensa apoyar la represión desatada por Ortega, que se queda cada día más solo.

La Iglesia ha intentado mediar en pos de la reconciliación, pero no ha dejado de denunciar la actuación del régimen. El obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez, ha dicho este domingo que en una situación de represión criminal no se puede elegir el camino de la pasividad ni mantenerse en la imparcialidad política, porque eso significaría complicidad con la corrupción y la violencia del Estado.