LÍNEA EDITORIAL

Venezuela tras la farsa electoral

El futuro en Venezuela no está escrito, pero el presente más inmediato no es nada halagüeño

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los más optimistas dicen que la alta abstención registrada en las elecciones del pasado domingo en Venezuela no hará más que precipitar el descalabro del régimen. La realidad parece que apunta a una profundización de la crisis económica y política que, a corto y medio plazo, penalizará todavía más a los ciudadanos venezolanos.

Maduro ha prometido reactivar la economía y propiciar el diálogo. Con todo seguridad, todo lo que el régimen puede ofrecer es más de lo mismo: un lavado de cara y la ampliación de los bonos sociales mientras la economía resista, las presiones de la Unión Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima no se radicalicen y no se decrete un embargo petrolero.

Todos estos datos, sumados a la deslegitimación evidente del Gobierno, podrían provocar una ruptura interna del madurismo, algo de lo que se lleva hablando desde hace muchos años. Pero también es posible un mayor enrocamiento del régimen y una fuerte escalada represiva.

El futuro en Venezuela no está escrito, pero el presente más inmediato no es nada halagüeño. Por todo ello la oposición debe hacer todos los esfuerzos necesarios para reagruparse, buscar caras nuevas, limar diferencias y buscar apoyos internacionales firmes que presionen para la convocatoria de unas nuevas elecciones. En el corto plazo, esta parece ser la opción más razonable.