LÍNEA EDITORIAL

La belleza de una fe siempre joven

El Papa ha escuchado con atención sus impactantes testimonios y les ha pedido que sean valientes para poder encontrar el sentido de la vida

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En el último acto de su viaje apostólico a Chipre y Grecia, el Papa Francisco se ha dirigido esta mañana a los jóvenes que se encontraban en la escuela griega de San Dionisio de las Hermanas Ursulinas de Marusi. El Papa ha escuchado con atención sus impactantes testimonios y les ha pedido que sean valientes para poder encontrar el sentido de la vida. El asombro ha de ser el inicio de la fe, les ha recordado Francisco, porque tener fe no consiste principalmente en un conjunto de cosas que hay que creer y de preceptos que hay que cumplir, sino en una realidad bellísima que no depende de nosotros, que nos deja con la boca abierta y que no es otra que el hecho de reconocernos hijos amados de Dios. No somos cristianos por un deber, sino por el reconocimiento de la verdad y la belleza que es Jesús, que camina a nuestro lado.

Una tentación poderosa hoy, ha advertido Francisco, es la de no salir al encuentro de los otros, contentándonos con encuentros virtuales, con buscar la visibilidad en lugar de lo verdaderamente revolucionario que es buscar a los invisibles: buscar los rostros de los demás, arriesgándose, teniendo la valentía de no quedarse sentados en el sillón, aislados. Por eso el Papa ha insistido en la novedad de ser joven, que entronca de manera natural con la buena noticia del Evangelio, siempre joven; una juventud que, ciertamente, se puede malgastar, pero que se torna luminosa cuando entiende la vida de forma esperanzada, como un auténtico servicio al otro, y le valora siempre por lo que es en sí mismo y no por lo que tiene o por su apariencia.

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