Cataluña: y ahora, ¿qué?
Ya puedes escuchar la Línea Editorial de esta tarde del martes 11 de junio
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
El mismo día en que el BOE ha publicado la Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, el Parlamento catalán aupaba a Rull, uno de los hombres clave del Procés, a la presidencia de la Mesa, para desafiar, una vez más, al Constitucional. Ni un día ha tardado Turull, otro de los hombres de Puigdemont, en exigir al Supremo que borrara la inhabilitación que pesa sobre él, mientras retaba a Salvador Illa a abandonar la carrera si su investidura no prospera. Es difícil saber si el acuerdo para la Mesa se extenderá a la investidura. Lo que sí parece claro, porque no lo han ocultado nunca, es que Junts no se fía de Sánchez y no le importa mucho dejarle caer. Ellos ya tienen lo que querían. Y no es solo la amnistía, sino la llave del Gobierno de la Generalitat, y de lo que pueda venir después.
La incertidumbre es la nota dominante de este período que se abre. A la incógnita de quién presidirá la Generalitat se suma la apertura de un período de dos meses para que jueces y tribunales comiencen a aplicar la Ley, periodo durante el cual proliferarán diversos recursos de inconstitucionalidad y ante las instituciones europeas. Todo esto, sumado a la delicada situación en la que se encuentran Sánchez y su Gobierno. Durante años, el presidente se ha empeñado en dinamitar los puentes con la moderación mientras favorecía a las fuerzas que habitan en los extremos, incluidas las independentistas. Está claro que Sánchez ha sido un aprendiz de brujo y que su Ley de amnistía, lejos de los efectos mágicos del bálsamo de fierabrás, parece más bien una sustancia tóxica.