Coartada perfecta para Sánchez

Era más que previsible que el Gobierno no iba a soltar, así como así, la presa del caso Milei. El ministro Albares, en una nueva escenificación de victimismo que tanto gusta al Ejecutivo de Sánchez, ha anunciado hoy que España retira a su embajadora en Buenos Aires. Otra vez parece que fuera la soberanía nacional la que ha sido atacada. Se trata, sin embargo, de una nueva vuelta de tuerca en este incendio diplomático que abrió el propio Ejecutivo y al que ha echado leña Milei con su falta de finura y sentido de las instituciones. Poco parecen importar nuestras empresas, la situación de tantos argentinos en España y españoles en Argentina, y unos vínculos que se deben cuidar más allá de cualquier coyuntura política.

Sánchez ya ha demostrado en numerosas ocasiones que las estrategias de polarización en clave electoralista le van como anillo al dedo. Ahora, con las elecciones europeas del 9 de junio en el horizonte, Milei se convierte en la coartada perfecta para elevar esta disputa dialéctica a cuestión de Estado, crear cortinas de humo con la supuesta amenaza de que llega la ultraderecha, y enfangar el terreno de juego con el fin de recuperar el terreno político perdido. Todo es realmente lamentable. Es también estrambótico, y hasta tendría un punto cómico, si no fuera porque somos los españoles los que ya estamos sufriendo los daños de este penoso esperpento.