Gracias a la amnistía

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Marta Rovira huyó a Suiza hace cuatro años. Hoy ha regresado a España para asistir a la Asamblea de mujeres de ERC. Es comprensible que Rovira haya soñado, como ha dicho en sus primeras declaraciones, con regresar a casa. Más allá de lo personal y familiar, no puede olvidarse que Rovira se trasladó a Suiza para eludir la justicia y utilizar la mística del exilio para reforzar el sentimiento de persecución.

La puesta en escena de la llegada de Rovira ha sido perfecta. Le ha recibido Oriol Junqueras, escenificando así su más que dudosa unidad, y no ha faltado el necesario ejercicio de contumacia en sus primeras palabras. “Hemos venido, ha dicho Rovira, a acabar el trabajo que hemos dejado a medias”. Junto a ella han viajado otros cuatro huidos: un diputado, un empresario, un dirigente de Òmiun Cultural y un periodista.

La misión de Rovira no es la de unir al independentismo ni alentar la causa de la independencia. Con toda seguridad, su regreso, que también es la escenificación de una supuesta victoria política, tiene más que ver con la viabilidad de un pacto que permita investir a Illa como presidente de la Generalitat. ERC no soportaría una repetición de las elecciones y Sánchez merece, de parte de los republicanos, el justo pago por sus servicios prestados. No en vano, si Rovira está en España, también es consecuencia de la amnistía.