Línea Editorial COPE: De las amenazas a los hechos

El PSOE nunca podrá decir que no conocía con quién estaba negociando

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La sesión parlamentaria del 30 de enero es ya una fecha aciaga para el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Junts votó “no” a la proposición de ley de amnistía que ellos mismos habían redactado junto con el PSOE. La diputada Nogueras adelantó la posibilidad de que los de Puigdemont rechazaran la proposición. Y, finalmente, las amenazas se cumplieron. La situación es tan compleja y grave que nadie debiera frotarse las manos o contentarse diciendo eso de ¡se veía venir! No es solo que la legislatura esté en el aire, sino que el precio de la apuesta, y también del riesgo, se ha multiplicado hasta el infinito.

El PSOE nunca podrá decir que no conocía con quién estaba negociando.

El ministro Bolaños y su presidente podrán usar al Constitucional como dique de contención o pretender que los españoles se convenzan de que si las cosas acaban saliendo mal es, precisamente, porque el Gobierno no transige con todo. Pero la verdad es que Sánchez ha mercadeado con las instituciones para su propio interés, sabiendo que sus socios son desleales porque solo les interesa la secesión.

Durante la sesión de investidura del pasado mes de noviembre la portavoz de Junts le dio al candidato Sánchez este consejo: “con nosotros no intente tentar a la suerte”. La amenaza se ha convertido en realidad. Qué suceda a partir de ahora depende, exclusivamente, del presidente Sánchez. Pero, en principio, solo hay dos posibilidades: transigir con todo lo que venga de Waterloo, sea lo que sea, o poner fin a la legislatura y convocar elecciones.