Línea editorial: "Racismo, el talón de Aquiles de EE.UU."

El racismo debe ser condenado, y por eso mismo deben ser convenientemente atendidas las lógicas preocupaciones y legítimas reivindicaciones

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El racismo vuelve a enturbiar la convivencia en EE.UU. La nación que ha sido y sigue siendo un ejemplo de democracia para el resto del mundo arrastra sin embargo ese talón de Aquiles que, a diferencia de lo que sucede en otros muchos lugares, allí sí recibe una atención pormenorizada en forma de sucesos ampliamente difundidos por los medios de comunicación, o de todo tipo de estudios sociológicos que arrojan luz sobre las diversas dimensiones del problema.

Esa transparencia es sin duda una de las grandes fortalezas de la sociedad estadounidense, y una de las condiciones que permite a los diversos grupos trabajar juntos por el bien común, sin renunciar a su identidad ni a sus respectivas convicciones. Reconocer buena voluntad en el otro es un pilar esencial del sistema. Por eso resulta tan grave que élites y figuras de referencia del país, en lugar de ayudar a suturar las heridas, lancen incendiarios mensajes que solo contribuyen a ahondar la fractura.

El racismo debe ser condenado, y por eso mismo deben ser convenientemente atendidas las lógicas preocupaciones y legítimas reivindicaciones frente a fenómenos como la violencia policial con tintes racistas. Pero al mismo tiempo, como ha pedido el Papa Francisco, es necesario dejar totalmente claro que no está justificada la protesta violenta. Son dos caras de la misma moneda. Y los mensajes y actuaciones que se centren unilateralmente en una de las dimensiones son parte del problema, nunca de la solución. Otra lección que dejan los tristes sucesos de EE.UU. para el resto del planeta.

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